Si es que con unas cervezas ya una se anima a contar más historias. Esta comienza con una moto... ¡Una Moto! ¡¡aaa-moo-too!! La conducción en la India no es muy segura. Un colega decía que aquello era como un juego de conducción extrema en nivel mega-pro: con todos los obstáculos imaginables: vacas, búfalos, perros, gente, coches y motos en sentido contrario ¡a veces también los autobuses!, nada de visibilidad: cero farolas por la noche y todos los vehículos con las luces largas dadas en ciudad. Las carreteras destrozadas, rotas o inundadas dependiendo de la época y, en algunos días festivos, la peña tirándote polvos rosas a los ojos... ¡¡¡Bieeeeen!!!
Ahora, esa moto dio muchas sorpresas... ¡ya veréis!
A sus treinta años, Alex echa la vista atrás y, a través de sus experiencias y las de otras mujeres de su entorno, intenta entender el origen y el porqué de su identidad feminista. Ya se sabe, todo parecido con la realidad es Pura Coincidencia
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