Te paras en el semáforo. Piensas, "tranquila, sólo son unos segundos". Piensas, "tranquila, seguro que pasan de tí". Pero te tiemblan las manos, te agarras firme al manillar mientras intentas controlar tu cabeza que analiza todas las posibles situaciones en las que te puedes ver.
"Tranquila", te dices, "aguanta el tipo, no mires", te repites, mientras los otros pasan un buen rato, se ríen, se respaldan, se azuzan y sus palabras cada vez suben más de tono. "Tranquila", te dices, "pasa de ellos y seguro que se aburren".
"Aguantar la respiración, evitar contacto visual con el aire, es de día, convencerse que es de día, nada malo pasará, dada malo pasará". No se si podría soportarlo.
A sus treinta años, Alex echa la vista atrás y, a través de sus experiencias y las de otras mujeres de su entorno, intenta entender el origen y el porqué de su identidad feminista. Ya se sabe, todo parecido con la realidad es Pura Coincidencia
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