Después de tanto hablar aun no teníamos definido un plan para la fiesta de esta noche y tampoco sabíamos si Angie asistiría, lo único seguro es que tenía que ir a esa fiesta pero antes tenía que despistar a mis padres así que obligadamente tenía que volver a mi casa para inventarme alguna excusa para no estar en mi casa esta noche. Y allí iba, montada en mi skate a toda marcha pensando en alguna excusa algo creíble, aunque en días de vacaciones mis padres no son tan exigentes a la hora de dejarme libre. Entro a mi casa pero por alguna extraña razón me puse nerviosa y no pude decirles nada así que solo pasé hacia mi habitación, antes de entrar noto que Angie sale de su habitación, me viene perfecto. ¡Buenos días Angie! Ella aun con ropa de dormir me sonríe tímidamente. ¡Buenos días madrugadora skater! Me responde pasando a la par mía.
¿Saldrán a pasear nuevamente esta noche? Le pregunto sin timidez, decidida a obtener su respuesta. Sin sospechar me responde que esta noche saldría, tiene muchos lugares por recorrer, eso me trae dudas a si en verdad asistiría a la fiesta universitaria. En ese momento mi padre interrumpe, me avisa que un compañero me llama a la puerta, justo lo que me faltaba, ¡Es el chico del pelo rojo en las puntas! Se refería a Francisco, Agarro mi enorme mochila de oso panda ¡Esta noche nos juntaremos con mis compañeros! Le comunico a mi padre, por primera vez aterrada por su respuesta. ¡No hay problema, no causen problemas! Me besa en la frente y estoy lista para sumergirme de lleno en esta aventura. Salgo a la entrada de mi casa donde me espera Francisco montado en su BMX. Nos sentamos en las escaleras, el abre mi mochila e introduce un buzo enorme estilo rapero y una gorra. ¡Si vas con gorra no se notará que sos una chica y disimulará tu edad! Nunca estuve tan nerviosa pero allí íbamos, patinando y haciendo piruetas.
Una vez en casa de Fran nos alistamos y quedamos listos para partir, Yo lucía una gorra la cual coloque todo mi cabello dentro y el buzo largo hasta más allá de mi cintura me daba una apariencia de un niño rapero. Por motivos de precaución dejamos el skate y la BMX. Llego la hora de la verdad, nos paramos frente a la puerta, la música se oye a todo volumen y se puede observar gran cantidad de personas y alcohol por todas partes, es momento de cruzar la puerta, a simple vista no logro ver a Angie ni a mi primo, sumergiéndome en la sala repleta de gente mis ilusiones se disipan en el aire viciado por el humo de cigarros y marihuana. Una mano me jala con fuerza del brazo. ¡No podes estar acá nene!
Francisco y yo somos expulsados a la fuerza de la fiesta por el anfitrión de la misma. ¡Eh tranquilo, te avise que vendría con un amigo! Reacciona Fran, resulta que el anfitrión es su amigo.
"Hoy es diferente Fran, sabes muy bien que te dejo pasar sin ningún problema pero la fiesta de hoy y de mañana no puedo, es por el bien de ustedes chicos, están corriendo mucha droga aquí adentro y no les conviene mezclarse en esto. Sean más inteligentes, aun son chicos, mira tu amigo la cara de nene que tiene, hasta parece una chica de tan chico que es, den la vuelta y váyanse hoy"
Luego de todo ese discurso para intentar disuadirnos de entrar a la casa nos dimos la vuelta y nos alejamos. Pero no me iba a quedar tan cerca de lograrlo. Ok para que mentir, yo me había rendido y estaba dispuesta a volver a casa pero por suerte Fran tenía una gran fe y un alambre para abrir la puerta trasera de la casa. Mi mágico amigo intenta forzar la puerta con un estúpido alambre tal como en las películas, solo que aquí no estaba dando resultado hasta que finalmente las palabras que más me temía escuchar llegaron. "No la puedo abrir Loli, perdón". La desesperación absoluta. No había llegado hasta aquí para volver a la casa de Fran. En mi estado de nerviosismo y adrenalina total comienzo a forzar la ventana junto a la puerta sin éxito. Mi angustia crecía descomunalmente, pero esperen, la cabeza me regala una idea maravillosa. La música está a todo volumen, me hecho hacia atrás, varios pasos hacia atrás, salgo corriendo con toda mi esperanza puesta en dirección a la puerta y de una patada consigo abrirla.
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