Mas allá de las creaciones existe un mundo del cual provienen poderosos seres llamados “dioses”. Muchos de ellos son creadores, otros son bravos guerreros inmortales que emprenden batallas, otros simplemente vagan de creación en creación. Uno de ellos, tomo parte de la increación y organizo el átomo grávido, elemento fundamental del mismo. Para tal tarea, tuvo que entrar en una especie de sueño eterno, llamado “estado inconsciente del creador o ensoñación”. Se encargó de reorganizar el átomo grávido por medio de su esencia vital, impregnando ese pequeño sector de espacio increado. Su limitado poder, solo pudo crear un pequeño sistema cerrado con un fondo ilusorio, reflejo de otros mundos, donde sus creaciones nunca podrán llegar (ya que no pueden sobrevivir fuera de su fuente creativa sin ser aniquiladas). Su fuente era tan mediocre y limitante, que no logro despertar la conciencia de sus creaciones inteligentes, impidiendo su “evolución dentro del KARIOTIPO” que el Dios Creador impuso a su obra. La llama interna, llamada alma (sustancia que constituye parte del ente creador), era incapaz de salir del estado larvario y menos impulsar la evolución biológica, que este SER divino quería lograr. Al llegar a su límite creativo e incapaz de dar un aliento evolutivo, hizo un pacto con otros dioses de la increación, que se ofrecieron libremente ayudar personalmente para que su obra pueda florecer y seguir su ritmo.
Pero no se dieron cuenta que este dios creador tenía una trampa creada para ellos, para que su esencia vital se incorporara al “centro de vida”, aniquilándolos en el proceso para toda la eternidad. Este gran Engaño no pudo hacerlo solo, y fue ayudado por “Los Dioses Traidores llamados “ Los Fuera del tiempo”. Esto despertó el interés de un dios llamado “El Gallardo Señor”. Una divinidad absoluta, que ingreso a la creación acompañadas por sus compañeras divinas. El portal se llama las “Puertas del Alba” El Divino.
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