N.A. Por obvias razones, pasó mucho tiempo antes de que decidiera darle una oportunidad a esta serie. (No me miren así, es una serie de Ponis, ¿qué esperaban?). Pero recientemente (llámese más o menos un mes atrás), gracias a algunos Reviewers que sigo en Youtube que daban muy buenos comentarios sobre ella, y acompañaban sus palabras con cortos e imágenes de episodios, no pude evitar sentirme curioso. Así que hace poco me acabo de terminar de ver todos los episodios de la Primera y Segunda temporada, y tengo que decirlo: Me encantó. Pese a lo que puede parecer en un inicio, resultó ser una caricatura realmente inteligente, divertida y entretenida, al nivel me atrevería decir de otras interesantes que han salido últimamente como Hora de Aventura, Gravity Falls o Phineas y Ferb.
Así que decidí escribir algo sobre esta serie, partiendo de algunas ideas que me fueron brotando conforme veía los episodios, así que éste sería de cierta forma como un "piloto" o "borrador" de ello. Como leyeron en la descripción, la historia estaría basada "casi" por completo en la línea argumental del episodio "The Last Roundup" de la Segunda Temporada, pero habría varias situaciones y diálogos muy diferentes al original. Por ejemplo, de entrada, los personajes en esta historia serían humanos. No, no es en el mundo de la película de Equestria Girls (aunque por motivos prácticos, en mis descripciones de los personajes puede que me base un poco en los diseños de dicha película), sino que sería en el mismo mundo que conocemos en la serie, pero si éste fuera habitado por humanos, o más bien por seres Antropomorfos de colores, y no Ponis. ¿Por qué? Pues... Simple capricho personal, me siento más cómodo de esta forma. Si no les agrada este cambio, son libres de no leer.
Ahora, además de que los personajes sean humanos, aprovecharé este experimento para ingresar algunos cambios, varios interesantes (espero) en la estructura del mundo, que si son bien recibidos podrían ser usados en una historia algo más ambiciosa (por ello menciono que podría ser como un "Piloto"). También por el título y el resumen, pueden intuir que habrá un poco de Applejack y Rainbow Dash, pero es un tanto "ligera" en ese sentido al ser la primera; el porqué lo llamo "APPLEDASH I" es porque, si esto sale bien (y me dura la inspiración), podría escribir alguna otra entrega quizás.
En fin, empecemos que ya de seguro los aburrí.
WingzemonX
HARMONÍA
Creí que no te volvería a ver
PARTE 1
La pobre, y para ese entonces muy hambrienta tortuga de tierra, llevaba ya casi una hora viendo fijamente su tazón vacío de comida. Ya incluso había pasado su áspera lengua por el fondo de éste, para obtener cualquier rastro restante de alimento, aunque fuera hecho polvo, pero hacía cinco lamidas que ya no funcionaba dicho acto.
De nuevo, las incesantes campanas volvían a sonar, siempre a intervalos de cinco minutos, y en cada una la asustaban tanto, que era obligada a esconder su cabeza en el interior de su caparazón. El sonido tintineante venía directamente del despertador sobre el buro. Se quedaba sonando casi un minuto entero, antes de que una torpe mano de color azul, surgiera de adentro del capullo de sabanas y ropa sucia que se encontraba sobre la cama de la habitación, sólo para lanzar un par de manotazos torpes hasta hacerlo callar al fin. Pero sólo por un tiempo, pues luego de un rato de profundo y delicioso silencio, volvía, y volvía sonar.
Todo se mantuvo en el mismo ciclo por largo rato, hasta que la criatura oculta bajo los tendidos pareció desesperarse. El capullo se agitó con violencia, y acompañado de un fuerte grito de enojo, se desmoronó por completo y salió volando hacia un lado de la cama, dejando descubierta a quien ocultaba.
- ¡Ya basta! – Se escuchó como resonaba con ímpetu por todo el cuarto.
La joven de piel azul, y cabellos largos y puntiagudos, al parecer pintados de diferentes colores: rojo, morado, verde, azul, amarillo y anaranjado, volteó a ver molesta hacía su buro, clavado sus ojos purpura en el despertador redondo y de color rojo que no dejaba de sonar... Y sonar... Y sonar... Y sonar... Su respiración estaba agitada, y sus ojos estaban algo enrojecidos y adornados con un par de ojeras.
- ¡Ya desperté!, ¡ya desperté! – Repitió una y otra vez con voz chillona, antes de tomar el reloj entre sus manos y apagarlo de una vez por todas. – ¿Por qué tanto alboroto? Si sólo son las....
Su voz calló al ver con claridad la hora marcada por las manecillas: las Nueve horas con Cuarenta y siete minutos, y contando. No podía ser cierto. Había puesto la alarma para las nueve en punto, y claramente la había dejado sonar en espera sólo unas... ¿Nueve veces?
- ¡¿Qué queeeee?! ¡No!, ¡No!
De un brinco, la atlética y enérgica Rainbow Dash salió de la cama, y se dirigió directo y sin espera a su armario, esculcando entre la ropa para encontrar cualquier prenda limpia disponible.
Su amiga Applejack, la Vaquera cultivadora de Manzanas de la granja Sweet Apple Acres, partiría esa misma mañana rumbo a la gran capital, Canterlot, para competir en el Rodeo Anual de Equestria. El día de ayer en la tarde, había sido la ceremonia de despedida, en la que entre otras cosas, la Alcaldesa Mare no perdió oportunidad de elogiar a su campeona, desearle suerte... Y recordarle por centésima vez lo importante que era que trajera el premio económico que se le daba al ganador, que Applejack había ofrecido desde un inicio para reparar la Alcaldía; ésta había quedado en muy mal estado tras un desafortunado "accidente" ocurrido hace un par de semanas, cortesía de uno de los guardias al mando de Rainbow Dash.
Luego de la ceremonia, todas sus amigas habían ido a casa de la Aprendiz de Hechicera Twilight Sparkles, y de su Dragón Familiar, Spike, para celebrar un poco más, y seguir deseándole suerte a Applejack. Pese a que se suponía que el sitio era una biblioteca y un lugar de estudio, ya prácticamente se había convertido en su lugar "comodín" para fiestas. Pero esa al menos había sido un tanto más pequeña e íntima que otras. Además de los dos que vivían ahí, y de la elogiada claro ésta, había asistido, la diseñadora de modas Rarity, la tímida cuidadora de animales Fluttershy, la ayudante de repostera Pinkie Pie, y claro ella misma, Rainbow Dash, la Jefa de Guardia y encargada del orden, y futura aspirante a corredora de carreras.
Applejack se había ido temprano para descansar, pero Rainbow, que lo que menos tenía era sueño, deseaba seguir un poco más. La mayoría le siguió la corriente en un inicio, pero Fluttershy y Rarity no tardaron mucho en retirarse. Incluso la propia Twilight Sparkles y Spike tuvieron que irse a dormir. La única que seguía en pie además de ella era Pinkie Pie, quién por alguna razón siempre parecía tener energías ilimitadas. En algún punto de la noche, entre haber dejado la casa de Twilight para dejarla dormir, y llegado a la suya, Pinkie Pie y ella habían terminado en un duelo de miradas justo a la mitad de la plaza principal... ¿Por qué? No lo recordaba, y poco importaba para ese punto. No tenía idea de cuánto habían durado ahí, pero estaba segura de dos cosas: la primera, había ganado, y la segunda, había caído como un tronco en la cama justo al llegar a su habitación, y no había abierto los ojos hasta hace unos momentos en los que al fin se rindió al molesto despertador.
Mientras Rainbow esculcaba en su armario, Tanque, su Tortuga de Tierra mascota, se acercaba con pasos lentos hacia ella, empujando con su cabecita su plato de comida y arrastrando éste por el suelo. Ya se encontraba a menos de un metro del armario, a punto de alcanzar su objetivo, cuando Rainbow salió disparada de nuevo, ahora en otra dirección.
- ¡Olvidé lavar mi ropa de nuevo! ¡Y ya es tarde! – Comenzó a soltar al aire mientras se movía de un lado a otro sin detenerse. Apenas Tanque empezaba a girarse para ir hacia ella, cuando Rainbow de nuevo cambiaba de lugar sin aviso. – El tren de Applejack sale a las 10, ¡¿Por qué no me despertaste Tanque?!
Tanque abrió su pesada boca, como si estuviera por responderle algo, pero nada surgió de ella.
Cómo le fue posible, Rainbow se hizo de su atuendo deportivo, de pants y rompevientos azul, y debajo de éste último una camiseta amarilla. Una vez cambiada, se dirigió apresurada hacia la puerta de su departamento.
- No voy a llegar, no voy a llegar...
Salió hecha una fiera, azotando la puerta detrás de sí. Tanque, se quedó en su lugar, mirando con tristeza la puerta cerrada.... Que luego de unos segundos volvió a abrirse.
- Ay, ¡maldición! – Exclamó Rainbow Dash con algo de enojo, pero sobretodo apuro, entrando de nuevo a la habitación y yendo directo al área de la cocina, buscando en los estantes hasta encontrar la caja de comida para tortuga. – ¿Cuándo aprenderás a servirte tu comida solo?
Ladeó la caja de comida sobre el plato de Tanque, prácticamente vaciando todo su contenido sin consideración, hasta que la caja quedó vacía. Tanque miró asombrado la montaña de comida ante él sin saber muy bien qué hacer.
- ¿Es demasiado? Pues qué más da, estás muy escuálido. ¡No te quejes!
Tiró la caja vacía de cartón hacia un lado, y entonces volvió a salir, azotando la puerta de la misma forma en el proceso.
Bajó las escaleras de dos en dos escalones, y los últimos tres de un sólo salto, hasta llegar al recibidor de la posada. La encargada, del otro lado del mostrador, le quiso decir algo, posiblemente alguna queja recurrente sobre su ruido, o su renta, o ambas, pero ella no le dio tiempo de decir ni pio, pues se dirigió a la salida principal sin darle mayor importancia.
En cuanto salió, pudo escuchar el sonido del silbato del tren sonar a lo lejos. De ahí, había que recorrer una larga distancia a pie hasta la estación de tren en menos de cinco minutos; ningún reto imposible para la corredora más veloz de todo Ponyville, y de Equestria quizás. Emprendió la carrera en ese mismo momento con todas sus fuerzas, y todo parecía ir bien, y parecía que lo lograría, incluso con un par de minutos de ventaja... Pero al acercarse al área del mercado, tuvo que frenar en seco, hasta que sus tenis casi sacaron humo por la fricción con el empedrado.
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