¨Tu puedes Papaya, solo son tostadas¨
¿Y sí se me queman?
¿Y sí... y sí...?
¨Cállate Papaya, no se quemaran¨
Tienes razón querido cerebro, no se quemaran, solo pon tus ojos en la tostadora, es requete mega fácil. Eres inteligente Papaya; ganaste la medalla en el primer lugar de astronomía haciendo una galaxia con todo y purpurina junto con colores chinga-me la vista, le patiates las bolas al mariscal de campo con tanto cuidado, que, le dejaste sin descendencia, literalmente.
Ese y otros logros más, adornan tú pared de recuerdos mentales para llenarte de orgullo.
Es cierto cerebrito bonito, sí soy genial, de pies a cabeza. Un olor a quemado se infiltro en su respingona nariz.
¨Huele a quemado¨ ¨Ay tota, las tostadas¨
Con paso rápido camino a la tostadora, la abrió con cuidado pensando que saldrá algún monstruo del averno o el monstruo del armario. Cuando vio las tostadas quemadas se recordó lo retrasada que era.
¨Papaya, eres una retrasada sin remedio¨
¨Oye, Papaya, eso combina¨
¨Chi chierto, eres una genio¨
¨Lo se, lo se¨
-Mmh, ¿Qué tal; Papaya la retrasada, Papaya la retrasada?
¨Tiene tanta imaginación como tú un día de escuela¨
¨A mi me gusta, así que cállate¨
¨¿Entonces, para qué popo pides mí opinión?¨
¨Porque quiero y porque puedo¨
Papaya puso su mano derecha en su cuello mientras que su mano izquierda se mantenía extendida como si fuera un ave, su pie derecho lo extendió hasta que la punta de su pie toque su trasero.
Vatio sus alas y salto en su único pie mientras decía;
-Papaya la retrasada, Papaya la retrasada- seguía batiendo sus alas y cantaba mientras imaginaba lo gracioso que seria esa imagen.
-Papaya, es demasiado temprano para estupideces- decía su madre bajando las escaleras de madera oscura.
-Solo me recordaba lo retrasada que era al quemar las tostadas- decía esta mientras volvía a una pose normal y hacia un puchero.
-Con razón olía a quemado- dijo mientras rodaba los ojos.
Escucharon una risa detrás, provenientes de Malcón, el padre de Papaya.
-Yo digo que su canción era original, ademas, Papaya eres muy distraída, con esto me da a entender que no puedo confiarte ni a un canario- dijo el con una sonrisa burlona, Papaya rodó los ojos.
-Como sea, Papaya, cariño, no vuelvas a cocinar a menos de que tengas un extintor al lado, ¿Si?
-Sí capitana- dijo Papaya haciendo una pose militar mientras se reía en voz baja. Su madre rodó los ojos mientras terminaba de bajar los tres escalones que les faltaban e iba a la cocina.
Su padre que segundos atrás se encontraba al principio de los escalones, bajo rápidamente y le susurro a Papaya unas palabras que la hicieron reír.
-Claro que te enseñare el baile, papi- así transcurso la mañana; Papaya enseñándole su nuevo baile, su madre diciendo lo estúpido que era este, y segundos después unirse a ellos.
Papaya desayuno con sus padres, para luego, irse caminando a la escuela con paso tembloroso, ya savia lo que vendría.
Comments (1)
See all