‘’Les contare como cambio mi vida, como pase de ser una desapercibida a estar en el centro de todas las miradas, él como gané el desprecio de varias personas y como descubrí algo que no sabía que tenía, yo era una chica totalmente ordinaria y común, altura promedio de cabello oscuro y ojos negros, me iba regular en los estudios, aunque me parecían aburridos, como a todo joven, o almenos la mayoría’’
de repente suena el timbre de inicio de clases, recién comenzaba después de unas largas vacaciones, eran las 8:03 de la mañana, salón quinto ‘’A’’ de secundaria, todos ya estaban sentados en carpetas establecidas por el docente, a Samira le había tocado el medio, a lo largo de todos estos años no había podido entablar una verdadera amistad ya que era muy reservada y rara a vista de todos, los chicos y chicas eran las típicas personas que salían de fiesta, reuniones, tenían enamorados o enamoradas, iban al cine y entre otras cosas más, no solo ella era la única oveja negra, sino también había un par de chicos nerds, aunque del sexo femenino si que lo era. todas las demás mujeres estaban con la moda de belleza y glamur, siempre andaban arregladas y contándose chismes entre ellas, es claro que siempre rajaban de Samira por no ser como ellas, habían 2 chicos muy populares no solo del salón sino de toda la escuela, uno era Sean un chico rubio y apuesto, y Raul, un chico de cabello negro también apuesto, los rumores decían que Sean había estado ya con todo el salón, sin embargo, Raúl era más reservado y era difícil de conquistar por lo que todas cada día trataban de sumar méritos con él, samira reconocía lo lindos que eran pero sabía que no tendría oportunidad alguna con ellos, aunque posiblemente con Sean si porque el anda con quien sea pero no era de sus gustos y jamás estaría con él.
Un colegio en donde el uniforme se conformaba en un saco rojo carmesí con botones plateados y líneas blancas en el cuello, falda negra con líneas blancas en caso de chicas y pantalón en caso de chicos, y por dentro una camisa blanca manga larga.
Samira illiev era una chica sin algún hobbie en sí, no había algo que le haya llamado su atención para divertirse, a la salida las chicas hacían grupos y se iban a los centros comerciales.
‘’quizás sea momento de intentar ir aun si es sola y entender por qué es tan divertido ir al centro comercial.’’
Una vez termina las clases, Samira las sigue de lejos, al parecer nomás iban de compras y se probaban ropa mientras gritaban exaltadas al encontrar una prenda que les haya encantado, Ahora la moda era una cantante rebelde de pop alternativo llamada Eili, y todas querían ser como ella, Había posters de su rostro por casi todos lados, tras 15 minutos siguiendolas a escondidas se aburrió.
‘’ creo que mejor me voy a casa’’
Samira toma un atajo por un pasillo que decía salida, sin embargo algo por fin llama su atención, eran diversos sonidos extraños entre graves y agudos, de cierta forma electrónicos, al voltear ve una sala oscura con luces de neón y adentro habían personas moviendo palancas con gran emoción al frente de una máquina, era un salón de juegos, le pareció curioso y decidió entrar, apenas dio un paso, varias personas se le quedaron mirando con una expresión curiosa para luego murmurar entre ellos, al parecer en ese lugar no había ninguna chica, samira sintió incomodidad pero a los segundos se despistó al llegar a una máquina negra el cual sus botones brillaba, se sentó y comenzó a mirarla detenidamente.
‘’ ¿cómo hago para jugar?’’
mirando más abajo vio unas letras que decía inserte 1 moneda, saca una moneda y la introduce, enseguida el juego empieza, aparece el título del juego y rápidamente le pide que seleccione a un luchador, entonces comienza a mover la palanca mirando a cada uno, por alguna razón varios chicos de lejos miraban sus pantalla, era porque no es común que una chica entre a jugar, Samira elige a una luchadora de traje negro y entonces empieza el combate, ella no tenía idea de cómo funcionaba así que empezó a descubrir que hacía cada botón, sin darse cuenta ya había perdido, algunos de los chicos de los costados se fueron decepcionados, pero otros seguían mirándola, ella inserta otra moneda y lo vuelve a intentar, por alguna razón le parecía entretenido golpear aquellos botones y pelear virtualmente, sin darse cuenta ya había pasado más de 1 hora cuando sus ojos le comienzan a doler y decide parar.
‘’rayos me gaste el pasaje de toda 1 semana’’
estaba a punto de pararse, pero de pronto ve alguien con el traje de su escuela entrar a la sala, se trataba de Raúl, instintivamente se esconde.
‘’ no, no puede verme, sino pensara que soy más rara de lo que ya piensa de mi’’
Samira camina semiagachada y se da toda la vuelta para evitar encontrarlo, pero de pronto un chico la detiene.
- ¿hola que tal, he visto que te gusta jugar champions fighters, no quisieras unirte a nuestro grupo?
aquella persona algo subida de peso la miraba de forma muy extraña.
- no gracias
Samira se da la vuelta y entonces se encuentra con Raúl quien se queda mirándola sin decir nada, estuvieron así por unos segundos cuando ella se va por otro pasillo.
- Hey
Raúl la llama, samira se detiene y lentamente se da la vuelta, él le estaba a punto de decir algo, pero samira es quien habla primera.
- ehm, ee... no pienses que soy extraña, pero recién descubrí que me gusta jugar este tipo de juegos, aunque recién lo intento, no vayas a decir nada en la clase
- ¿enserio?, a mi también me gusta jugar aquí, también quería decirte lo mismo, pero no sabía cómo
- ¿juegas a los videojuegos?, pensé que…
Samira tenía en mente que a pesar que Raúl era reservado, estaba en citas con otras chicas a estas horas.
- a no nada, adiós
ella se va caminando rápido, Raúl quería decirle algo, pero nomas se le queda mirando, ella sentía algo de vergüenza que se pueda esparcir el rumor de que va a estos lugares, de por si no es nada malo, pero para las personas de su salón la verían como alguien más rara de lo que ya piensan de ella.
Al día siguiente todo fue igual, la misma rutina, nuevos chismes que se contaban las chicas del salón. todo pasó rápido, al llegar la hora de la salida Samira fue a aquella sala de juegos, siempre vigilando de no encontrarse con nadie, adentro estaba Raúl quien al parecer había comenzado a trabajar desde ayer ya que su primo era parte del staff. Samira se sentó en la misma máquina y comenzó a jugar, apretaba los botones con fuerza, ya entendía un poco mejor las mecánicas, aunque igual seguía perdiendo, de vez en cuando Raúl se acercaba y le decía como hacer algunos combos, en sus minutos de descanso a veces se sentaba con ella a jugar 1 combate, Samira parecía divertirse mucho al ganar un par de batallas por fin, así pasaron los días, comenzaron a hablar un poco más y a entablar una amistad, varios chicos miraban a Raúl con envidia.
- no es justo, los guapos siempre se quedan con las chicas
Un día después de jugar, Samira fue a comprar una bebida a una tienda cerca, Raúl también tenía sed y la acompañó, no se dieron cuenta, pero a lo lejos había una chica de su salón quien logró identificarlos, entonces saca su celular y les toma una foto.
Al día siguiente todo parecía muy extraño, samira apenas se sienta siente varias miradas y susurros de su nombre, sobre todo de Julia, una chica rubia de ojos azules, quien era la chica más popular y bonita del salón, y quien había estado sumando puntos para estar con Raúl, al parecer se había esparcido un rumor, samira sintió helada su sangre al pensar que habían descubierto que iba a aquella sala de juegos, al voltear noto como julia la miraba con desprecio.
Llegada la salida, los murmullos seguían, ella pensó que lo mejor sería no ir a jugar hoy e irse de frente a su casa. quizás por un tiempo tendría que dejar de ir, aunque también pensaba ¿porque debería afectarle la opinión de los demás?, es cierto que le reduciría más la probabilidad de tener amigas, pero ella puede divertirse por sí sola. en el camino a su casa, tras pasar por un callejón una chica le jala fuerte del brazo y la lleva adentro...
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