Please note that Tapas no longer supports Internet Explorer.
We recommend upgrading to the latest Microsoft Edge, Google Chrome, or Firefox.
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
Publish
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
__anonymous__
__anonymous__
0
  • Publish
  • Ink shop
  • Redeem code
  • Settings
  • Log out

Resina Azul (fosilizadas #1) © [EN FÍSICO]

Capítulo 4

Capítulo 4

Apr 12, 2019

Karla pasó la lengua por sus secos labios en un intento de sanarlos. También movió el cuello dolorido de un lado a otro; llevaba demasiado tiempo en la misma postura en el sofá. Miró hacia la ventana y escuchó el sonido de la lluvia repiqueteando contra las ventanas y el tejado. El agua no había cesado de caer en toda la noche, y en lo que llevaban de mañana también.

Karla había entrado en una especie de universo de tristeza, de desesperación y desolación, al igual que sus padres. Sin embargo, peor. Y aunque Leize y Daniel no dormían bien, comían más de lo que estaba comiendo Karla. Estaba enfermando. Pero sus padres estaban demasiado preocupados por Emma y sumidos en su propia tristeza como para darse cuenta de ello.

Habían pasado varios días desde la desaparición de su hermana, y de lo ocurrido en la comisaría. No había noticias de Emma. No había noticias del paquete misterioso de la bolsa de plástico. No había noticias de nada. Sin embargo, en ese mismo instante, en el telediario de las mañanas, estaban emitiendo una noticia de última hora.

Al parecer, una bomba casera acababa de detonar en un polideportivo. Justo en el polideportivo del pueblo que se encontraba a un par de kilómetros de la pequeña ciudad donde Karla vivía. Era uno de los polideportivos públicos de la mancomunidad. Si no hubiese sido por estar zapeando en aquellos instantes, Karla no se hubiese enterado. Los pensamientos abrumaron su mente. Eso había sido un atentado terrorista. Justo después de que Karla sacara esa conclusión en su mente, la reportera de la tele pronunció esas palabras.

—... lo que ha sido finalmente denominado por las autoridades un atentado terrorista, aquí, en un centro deportivo en esta pequeña localidad de la Comunidad de Madrid. Aún sabemos poco, pero les podemos informar de que, aunque no se sabe el número exacto, ha habido un buen número de heridos, sin que haya muertes confirmadas en estos momentos.

Karla se inclinó un poco más hacia delante en el sofá. Apoyó la cabeza entre sus manos, aterrorizada. Aterrorizada y frustrada. Sabía, de forma instintiva, que aquel ataque en el polideportivo tenía algo que ver con el contenido de la bolsa de Carretlón, la que había tenido que llevar desde la comisaría a la plaza de la iglesia. Y quizás con la persona que estaba reteniendo cautiva a su hermana. O, probablemente, solo había demasiada paranoia en su interior en aquellos instantes como para ver las cosas con claridad. Con objetividad. Pero ella era objetiva. Debía centrarse en eso. Debía aislar cada resquicio de sí misma para no dejarse influir por nada. Aislarse del nerviosismo que le provocaba no saber si su hermana estaba sana y salva, o siquiera viva. Aislarse del estrés que le suponía el estar siendo controlada por alguien, que, según era obvio, tenía malísimas intenciones. Que suponía un peligro, ya fuera para ella, o para cualquiera de los miembros de su familia. Y para todo el mundo en general. El polideportivo.

Apagó con el mando a distancia la televisión, pero se quedó aún así mirando su negra pantalla. Al cabo de unos segundos, decidió lo que tenía que hacer. Estaba a unos diez minutos en coche del polideportivo siguiendo una sola carretera. Y a veinticinco minutos corriendo. Ella y Emma solían correr los domingos por esa zona, les gustaba correr. Mejor dicho, les gustaba las endorfinas que se liberaban en su cuerpo una vez terminadas sus carreras. Se reían de esa adicción a las endorfinas que tenían. ¡Ay!, las competiciones que hacía con su hermana. Que solía hacer.

Se levantó de un salto y salió de la sala corriendo. Subió al piso de arriba avanzando entre escalones de dos en dos y mientras entraba en su habitación se quitó la camiseta del pijama y la tiró en la cama. Abrió el armario de golpe y se deshizo de los pantalones del pijama también, dejándolos caer en el suelo. Les dio una patada mientras cogía su ropa interior y se la ponía. Cogió también unos leggins y camiseta negros y se los enfundó igualmente. Le gustaba la ropa sencilla. Al cabo de cinco minutos estaba saliendo de casa de forma apurada, y dirigiéndose a la salida del pueblo, vía polígono industrial. Corrió velozmente por la superficie negra grisácea durante varios minutos antes de pararse a recuperar el aliento. Miró su reloj de pulsera. Eran las doce y media de la mañana. Si hubiera ido al instituto... estaría en la hora de empresariales. Según ella, aunque a principios de curso hubiera parecido una asignatura prometedora, ahora era un absoluto aburrimiento. Entonces se dio cuenta de que hoy uno de los cursos del instituto tenía una excursión. Ese día, quince de marzo, se celebraba la reunión deportiva anual de todos los institutos de la mancomunidad. En aquella "reunión" -que en realidad era una competición muy poco amistosa- todos los centros hacían unas pequeñas olimpiadas en las que los deportistas eran los alumnos. Así que todos los alumnos de su instituto estaban... en el polideportivo. En el polideportivo de las noticias.

Mierda, pensó. Mierda, mierda, mierda, siguió maldiciendo en su interior. ¿Y si conocida a alguien de los afectados? ¿Y si había compañeros suyos allí? Aquello la impulsó a volver a iniciar su carrera por la carretera.

···

Al llegar a la zona del polideportivo, lo que Karla pudo ver a veinte metros alrededor de éste fue cintas policiales y a los policías. También estaban los bomberos y un par de ambulancias ayudando a los afectados. Había un montón de ellos; sacando a niños y profesores del polideportivo y sus instalaciones, interrogándolos, hablando entre ellos e intentando echar a los medios de comunicación que se encontraban presentes. Estaba incluso la televisión, y aunque ya se lo esperaba, había muchas más cadenas además de la cadena en la que vio el reportaje hacía media hora.

Entrecerró los ojos intentando distinguir a alguien conocido entre los rostros de las personas que estaban siendo sacadas, socorridas o interrogadas por la policía, los bomberos, o los médicos de primeros auxilios. No encontró a nadie conocido. Bien, pensó.

Se fijó en cuatro uniformados (dos de ellos eran policías y los otros dos guardias civiles) que estaban hablando cerca de ella, y quiso escuchar su conversación. Se escondió detrás de unos árboles muy gruesos que se encontraban cerca y prestó toda la atención que pudo, a pesar de que era un poco difícil oírlos a causa del ruido ambiente que había allí. Parecía que los guardias civiles acababan de llegar, y que los otros dos policías municipales también. Uno de los guardias civiles era una chica. Antes de esconderse detrás de los árboles, Karla había visto cómo los guardias civiles se habían acercado corriendo a los policías.

—Entonces, ¿qué ha pasado exactamente? Según nos han contado, ha habido una explosión, ¿era una bomba?

—Nah —respondió uno de los policías— solamente una no. Ha habido tres—. A Karla se le cortó la respiración. Eso sí que no se lo esperaba. Giró la cabeza y fijó la vista en el polideportivo. Estaba destrozado, casi totalmente derrumbado. ¿Cómo no se había fijado en eso antes? Había grandes boquetes en el suelo y el techo, y aún todo estaba rodeado de polvo. Y habían pasado, por lo menos, treinta minutos desde el gran "bum".

—¿En serio? —inquirió con un tono más alto uno de los guardias. La mujer. Hubo una breve pausa. Después, continuó hablando ella—. ¿Algo más?

Nadie dijo nada, y Karla supuso que el policía que había estado hablando había asentido, porque después dijo:

—El cuerpo de bomberos ha encontrado una caja negra cuadrada. Aún la están analizando, pero dicen que es una especie de repetidor. Lo más curioso —añadió susurrando— es que es un repetidor casero, no parece profesional. Lo usaron para detonar remotamente los tres pequeños explosivos. Sin embargo, a pesar de que el repetidor no fuera profesional, los explosivos estaban estratégicamente colocados; había uno por cada uno de los pilares que sostenían el edificio. O solía haber. Algo le ha salido mal al terrorista, y una de las bombas no fue detonada. La han encontrado entre los escombros sin detonar. Es una de las razones por las que hemos sabido tan rápido que todo esto es casero.

Karla empezó a hiperventilar. ¿Caseras? ¿Bombas caseras? "Me ha costado mucho hacerlo" recordó que había escrito el desconocido en un SMS. Estaba segura. El que había secuestrado a Emma y el que había hecho lo de las bombas eran la misma persona. Oyó cómo las cuatro personas que estaban a unos pasos de ella se alejaban charlando. Se dejó caer hasta el suelo con la espalda apoyada en el tronco. Las bombas y el repetidor eran caseros, no profesionales... Comprendió porqué había relacionado al secuestrador de Emma con el de las bombas. El repetidor era cuadrado, como una caja... como el objeto que había llevado en la bolsa de plástico. Ella había transportado el repetidor casero de la comisaría a la plaza de la iglesia. Pero ¿quién lo había transportado del banco de la iglesia hasta un polideportivo que estaba en otra localidad? ¿Y quién desde no-se-sabe-dónde hasta la farola de la comisaría? Su mente estaba nublada, no podía pensar con claridad.

En todo caso, quizás lo había estado viendo mal. Quizás no había una sola persona, sino dos. O incluso más. ¿Qué le hacía pensar que no era un grupo el responsable de las bombas? Quizás una persona había secuestrado a su hermana, otra persona había hecho las bombas y el repetidor y otra estaba amenazando a gente como yo para que transportara el repetidor, y, quién sabe, quizás también las bombas. ¿Por qué no? Todo era posible. Una bomba sin detonar... ¿Había fallado el repetidor? ¿Había fallado la bomba, el explosivo en sí? El hecho de que no detonara, ¿había sido a propósito, o con otra intención?

Al final, no encontró respuestas, solo conjeturas.

henartejon
henartejon

Creator

Comments (0)

See all
Add a comment

Recommendation for you

  • Secunda

    Recommendation

    Secunda

    Romance Fantasy 43.2k likes

  • Silence | book 2

    Recommendation

    Silence | book 2

    LGBTQ+ 32.3k likes

  • What Makes a Monster

    Recommendation

    What Makes a Monster

    BL 75.2k likes

  • Mariposas

    Recommendation

    Mariposas

    Slice of life 220 likes

  • The Sum of our Parts

    Recommendation

    The Sum of our Parts

    BL 8.6k likes

  • Find Me

    Recommendation

    Find Me

    Romance 4.8k likes

  • feeling lucky

    Feeling lucky

    Random series you may like

Resina Azul (fosilizadas #1) © [EN FÍSICO]
Resina Azul (fosilizadas #1) © [EN FÍSICO]

1.2k views1 subscriber

Ella piensa que es invencible. Se enfrenta a nieve y fuego por su hermana, ciega. Tiene los ojos verdes.

Ellos nunca dejan pistas sin razón alguna. Se enfrentan a enemigos enormes, pero no lo saben.

¿Qué arma es más poderosa? ¿El miedo o el conocimiento?

¡Qué manía tiene el destino con dejar cabos sueltos!

Ella fue un cabo suelto.

Ellos la esperaban. Ellos jugaban.
Subscribe

13 episodes

Capítulo 4

Capítulo 4

92 views 0 likes 0 comments


Style
More
Like
List
Comment

Prev
Next

Full
Exit
0
0
Prev
Next