―Una llamada hubiera sido suficiente, Eric ―dijo Riley, dejando entrar a Eric a su departamento.
―Esto no es algo que se deba decir por teléfono.
Eric trataba de encontrar las palabras correctas. Riley tenía una personalidad muy diferente a la suya, pero en ese momento era el único en quien confiaba y sobre todo, el único que sabía todo sobre él.
―¿Tomaste un baño a esta hora? ―preguntó Eric. Riley llevaba una bata de baño puesta y su cabello estaba envuelto en una toalla como si hubiera tomado una ducha hace poco.
Pero no fue necesario que le respondiera. Justo cuando estaba por sentarse en uno de los sofás de la sala de estar, vio asomarse por el pasillo que llevaba a su habitación a un hombre que Eric reconoció de inmediato.
James Reed. Un luchador de artes marciales mixtas retirado que ahora trabajaba como guardaespaldas de Riley. James Reed tenía una academia y entrenaba a Chris cuando estaban en la universidad, así que lo conocía bien.
―Rocky, querido, ¿te irás? Ya es muy tarde, deberías quedarte hoy ya que mañana vendrás por mí temprano.
Como si hubiera olvidado que Eric estaba de visita, Riley fue hacia James, quien terminaba de ajustar su corbata.
―Mañana estaré aquí a primera hora ―respondió James.
Se le veía bastante incómodo e incluso más cuando notó que la visita era precisamente Eric.
Eric no tenía que armar muchas conjeturas para saber que Riley y James tuvieron sexo. De hecho, él sabía muy bien que no era la primera vez. Riley es un omega dominante bastante descarado y persistente, se obsesionó con James desde el momento en que lo conoció y no dudó en hacerlo su guardaespaldas, o mejor dicho, suyo.
James era un alfa dominante de 31 años, pero por una lesión en una de sus peleas, terminó teniendo problemas con sus feromonas, la cual se volvieron débiles y ahora parecía más un alfa normal que uno dominante. A Riley le importaba muy poco el problema con sus feromonas, de hecho, disfrutaba verlo débil, así que tomaba ventaja de ser un omega dominante para controlarlo.
―Señor Reed ―saludó Eric.
James simplemente asintió con cortesía, rodeando a Riley quien obstruía su camino.
Riley suspiró al ver a su guardaespaldas marcharse, pero no se sintió derrotado, porque aunque había rechazado su invitación de quedarse a dormir, hace apenas unas horas, ese hombre estaba en su cama, totalmente rendido ante él.
―Deberías llamar al señor Reed por su nombre, ¿por qué le pusiste ese apodo? Quizá sea empleado tuyo, pero es diez años mayor que tú, un poco de respeto hacía él no vendría mal.
Riley suspiró estresado, poniendo los ojos en blanco.
―No creo que hayas venido hasta mi departamento, en medio de la noche, sólo para sermonear, ¿o sí? ―Riley se sentó en el sofá contiguo al de Eric― Cuéntame qué es eso tan importante que no puede ser dicho en una llamada.
Eric suspiró profundamente, sus manos estaban cerradas en un puño sobre su regazo tratando de no ponerse nervioso.
―Bueno… para empezar, Chris y yo... cancelamos la boda.
Una sonrisa se formó en el rostro de Riley.
―Entonces le dijiste, ¿no? Que eres un omega también.
Eric se estremeció. Aún no se acostumbraba con el hecho de que era un omega. Hace menos de un año era un beta normal y de repente le vino su primer celo. Él era uno de los escasos betas que mutaban a omegas, ya que habían betas que nacían con genes recesivos omega. Y aunque no todos llegaban a expresar ese gen, había casos donde sí sucedía. Pero a diferencia de Chris, Eric era lo más cercano a un omega normal. Los betas que mutan a omegas, nunca serán omegas dominantes.
―No… la razón por la que la boda se canceló, fue porque Chris se acostó con un alfa en su despedida de soltero.
Hubo un pequeño silencio, Riley lo miró fijamente. Eric no sabía qué pensar, su amigo era bastante impredecible y haciendo honor a su personalidad, Riley comenzó a reírse a carcajadas.
―¡Ja ja! Eres un bastardo suertudo! Pero dime, ¿piensas llevar ese secreto hasta la tumba? Puede que Chris se entere por terceros, ¿no lo has pensado? Cuando te conocí y tuviste tu primer celo, tuviste suerte que quien se diera cuenta primero fuera yo. ¿Pero estamos seguros que nadie más se dio cuenta? ¿Estás seguro que en un futuro nadie más se dará cuenta? Aún eres inestable, los medicamentos no son tan eficaces porque eres un caso especial. Eric, esconder la verdad también es mentir.
―Él lo sabrá… a su debido tiempo ―la voz de Eric sonaba bastante insegura―. No me atreví a decirle ese día porque pensé que sería demasiado para él.
―¿Entonces dejaste que él cargara con toda la culpa? ¿No crees que haberle dicho en ese momento haría que Chris se sintiera menos culpable? ¿O es que querías verlo sufrir?
―¡No digas tonterías Riley! ―Eric se levantó de su asiento, con un rostro bastante enojado― Jamás querría verlo sufrir, aún le tengo un gran cariño. Estuve con él casi 6 años.
Riley no se inmutó cuando Eric levantó la voz. En cambio, arqueó una ceja y sonrió con leve toque de malicia.
―Aún así, nunca lo amaste.
El enojo en el rostro de Eric se hizo más evidente, pero no podía refutar. Riley tenía razón. Le tenía un gran cariño a Chris desde que lo conoció en la preparatoria. En ese entonces apenas era un pequeño omega con cara bonita y delicada pero a la vez tenía un mal carácter. Le parecía lindo y a la vez admirable. Chris no se dejaba intimidar por alfas y a la vez, él tenía un gusto por betas, así que pasó todo su último año con Chris siguiéndolo en todas partes. No podía apartarlo, porque a fin de cuentas, eso ayudó a que no se metiera en problemas. Sin embargo, no pensó que gracias a esa cercanía, Chris se enamoraría de él. Así que dos años después, se reencontró con un Chris adulto en la universidad y después de tanta insistencia, comenzó a salir con él. Pero por más cariño que le tuviera, nunca pudo amarlo.
Riley se encogió de hombros al verlo no responderle.
―Supongo que tú sabrás qué hacer. Entiendo que ocultes el hecho de que no lo amas porque sería doloroso para él, pero al menos deberías hacerle saber que eres un omega.
―Ya te lo he dicho, lo haré a su debido tiempo ―Eric suspiró, cruzándose de brazos―. De todos modos, será más difícil verlo ahora. Se fue de vacaciones por unos días con su padre omega y cuando regrese estará trabajando para The New York Times.
―Vaya, realmente te deshiciste de él.
―Ya no caeré en tus provocaciones.
Riley se rió de nuevo.
―Entonces… Chris, el omega que más odiaba a los alfas, se enredó con uno. ¿Qué hay de ti? Ya que ahora eres soltero de nuevo y mejor aún, un omega, ¿te enredarás con uno? Aún siendo un omega mutado, no dudo que haya algún alfa que quiera acostarse contigo cuando estés en celo…
―¡Suficiente! No estoy pensando en alfas ahora, aún estoy tratando de entender mi condición. Me iré, tengo un proyecto importante en puerta, así que tengo que verificar que todo mi equipo funcione correctamente ―al ver el rostro hambriento de curiosidad de Riley, le explicó―. Seré el fotógrafo encargado de la portada del nuevo número de Time.
Eric se dirigió a la salida, dándole la espalda a Riley. Pero este se levantó de su asiento y lo siguió con mucha más curiosidad y con un gran entusiasmo en su rostro.
―Oh, ¿quién estará en la portada? ¿Algún actor? ¿cantante? ¿un multimillonario?
―Nada de eso, es un periodista, ganó un premio Pulitzer ―por la expresión que hizo Riley, al parecer no conocía tal premio―. Eh… ¿los galardones por logros en el periodismo impreso y en línea, la literatura y la composición musical en el país?
―Aburrido.
Eric suspiró por su ignorancia aunque a la vez le hizo un poco de gracia.
―Nos vemos, Riley… Y gracias por escuchar. Aunque créeme que si tuviera otra persona en quien confiar, no hubiese venido contigo.
Riley tenía la sangre bastante fría como para enojarse y simplemente sonrió, viendo a Eric irse de su departamento.
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