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Noir, el saqueador, y el ídolo de la destrucción

El ladrón y Von Kramer. Quiero el libro. Es hora de seguir las pistas del ídolo. (parte 3)

El ladrón y Von Kramer. Quiero el libro. Es hora de seguir las pistas del ídolo. (parte 3)

Apr 01, 2024

-          ¡¡Gracias, por nada!! – Le sonríe - ¡Ji! ¡Ji! – Y sigue sonriendo, mientras el looter maldice.

-          Oigan dejen la plática emotiva, ya habrá tiempo – Dice Louis

-          Nada de emotivo, ya puedes dejarme conducir.  

-          Ya me estaba entusiasmando.

-          Vuelve a los disparos – Dice Louis

El camión regresaba, y con ellos otros, del otro lado parecía venir una tormenta de polvo propia de un desierto que se asomaba con ellos.

-          ¡¡¡Mikonos!!! – ¿Logras ver eso? – Un disparo pasa cerca de Louis. Mikonos asiente, y señala adelante.

-          ¡¡Dirijámonos hacia allá!! -

-          ¿Eh? ¿Acaso está loco? – Expresa Lerna y Caciope.

-          ¡¡Claro!!, ¡¡De eso de trata!!

Pronto los hombres de negro de Car, se sumaron a la carrera.

-          ¡Bien! – Expresa Mikonos – Tenemos ayuda y desde lejos uno apunta contra él con un disparo que pasa cerca – ¡¡Ey!! Soy de ustedes  - Otro tiro pasa cerca - ¿Qué está ocurriendo?

-          Son los hombres de Car, pero por qué atacan a Mikonos?

-          Así me parece bien, todos pueden comprarse – Expresa Von Kramer. Los llamados hombres de Car, estaban trabajando para Kramer en traición de un mafioso por otro mafioso.  Car, sabia de ello, y por eso envió otra tropa con orden de asesinar traidores.

Los grupos estaban cerca de ellos.

-          ¡¡Superior!!, ---((---(-- (Hay una tormenta del otro lado, no podemos continuar). …$$### (Es una tormenta de desierto)

-          ____///-- (Síganlos).

-          Pero..

-          ¡Ahora!  esa fue la orden del segundo al mando de Kramer.

-          Señor Westerland – Expresa por radio la nueva tropa, hay una tormenta de desierto arribando –

-          Continúen, continúen. – Ordena el míster. -

-          Míster, creo que sería imprudente mandar a la tropa.

-          ¡No!, Al contrario. ¡Es perfecto! –Si los alcanzan a todos podemos tomar ventaja del asunto.

-          Señor debemos detenerlos, o perderemos a nuestro objetivos para el ídolo

-          Esos dos escaparan con vida. Por eso los contraté, me interesa, sacar del camino al mariscal. Y cuando lleguen a nuestro querido ídolo los eliminaremos.

-          Aparentemente tienen un objeto valioso con ellos que quiere Kramer.

-          ¿Ese diario? ¡¡Ahh!!, Es una pieza importante, pero la chica lo es más …¡Je!--¡Je!

El looter, se adelantó sobre el vehículo de Caciope, mientras tenían a todos detrás de sí. 

-          Es una locura, las tormentas de desierto, son tornados destructivos, no podremos sobrepasarla

-          Este idiota es capaz de todo – Expresa Louis gritando. Lerna continuaba disparando contra otros. A lo lejos se veía al looter acercando más, subiendo la velocidad de la moto-nave. Contra él el gran polvo de arena que se iba arremetiendo con golpes de cada grano que se aventaban en su cuerpo como piedras por la fuerza centrifuga.

-          ¡Esto va doler! – Se dijo

Una terrible ráfaga se abalanza contra él, y luego metros detrás alcanza a Caciope, y el grupo y todas las tropas que estaban intentando aventajarlos.  Una humareda con una fuerte golpiza del viento va convulsionando todo alrededor. La tormenta consigo traía junto a ella, a las enormes criaturas gusano que escapaban de las arenas, comenzando atacar con un hambre voraz a todos los seres que iban ingresando en la lluvia de arena. La ceguera prohibía el movimiento de los vehículos. El looter estaba dispuesto a pasar del otro lado de aquel peligro que se estaba gestando, y junto a él, sus compañeros.   Uno de los grandes gusanos se expandió abriendo su boca llena de escamas y lenguas que escupían una saliva de acido, que quemaba a los hombres de Von Kramer, y los de Car.

El vehículo de Caciope, se activo en un modo de seguro, sellando las ventanas blindadas.- 

Los monstruos se fueron multiplicando por el efecto de la gran tormenta de arena que desplazaba todo alrededor.  El temblor del suelo se manifestó expulsando el carro de Caciope por los aires.

-          ¡Cuidado! – Grita Louis.

-          ¡¡Es por allá!! – Expresa Lerna.

-          ¡¡Lo sé!!  ¡¡Lo sé!! – Conducía como podía Caciope ante el diluvio - ¿Pueden ver a Mikonos?

Lerna, tomo el visor infrarrojo, y observaba desde el centro delantero del vehículo. Movía la cabeza en todas direcciones tratando de ubicar al looter. Solo cinco miembros en motos se desplazaban a un sector más seguro. Allí lo encontró delante de ellos.

-          ¡¡Lo veo!! Es por allá – Señala con su de mano extendiendo su dedo índice – debemos ir por él.

-          Aguardamos – Expresó Louis – Es peligroso con los Noides (los gusanos gigantes) . Cada vez hay más de ellos.

Los grupos se fueron diseminando.  Varios fueron contra Noir, disparando a la nada. Un gran gusano sale debajo del a tierra, y Noir sube sobre él desde su cabeza con un salto. La bestia abre su boca y se traga a varios seguidores. Looter pasa del otro lado y utiliza el cuerpo del monstruo como tobogán, descendiendo rápidamente. Atrás suyos otros más los siguen. Tanto de los hombres de negro como los del mariscal. Cada uno se coloca del lado Noir, intentando desestabilizarlo. El cuerpo de la lombriz se mueve descolocándolos. 

-          Dirígete ahí.  -  Señala Louis – Debemos salir del ojo de las ráfagas  - Con un movimiento eficaz Caciope desatina a quienes los perseguían, generando que entre más en la tormenta, mientras ellos encuentran una salida leve. 

-          ¡¡Allá!!, ¡¡¡Arriba del gusano!!! – Grita Lerna – ¡¡Looter!!

-          ¿Ehh? ¿Está loco?    - Se sorprende Caciope

-          ¡Sí!, ¡Todo un maniaco! – Manifestó Louis -  ¡Je! ¡Je! -  

Desde la gran figura, se movían varias motos-naves. -

-          ¡¡Dios, vienen por todos lados!!.  – Expresa el looter que acelera con híper velocidad su moto-nave – ¡¡Rayos!! – El rostro del looter se estira por la velocidad – A ..aee.. estt…esttee..pasoo..me voooyy… a morir… - A penas puede hablar por la velocidad. La aceleración socavó su nave y con un enorme movimiento al llegar a la parte final de la cola de la lombriz, saltó como una rampa, quienes lo seguían hicieron el mismo movimiento.  Otro gusano hizo su aparición intentando tragarse a Noir que salió de la moto, arrojándose al suelo por la expansión por encima de la cabeza del otro gusano. Los siguientes fueron devorados entrando inmediatamente a las fauces de la lombriz que sentía como varios aparatos y seres ingresaban directamente por el efecto de la velocidad dentro de su estomago para ser deglutidos y derretidos por los jugos gástricos.

-          ¡¡Ahhhhh!! ¡¡¡ODIOOO ESTOO!!! - Gritaba Noir desde el cielo y los nubarrones que se iban diseminando que el fin de la tormenta pasajera. Desde el cielo y con la expansión como si fuera un cohete sobresaltó todos los campos descendiendo en una picada mortal hasta el suelo. La fuerza centrifuga aceleraba su caída. Noir, quitó con fuerza su chaqueta intentando producir una suerte de paracaídas, lo que por milagro resolvió ante la gran copa de un árbol con la cual se golpeó. Y poco a poco fue bajando golpeándose con las ramas, hasta dar con el suelo. –

-          ¡Auchh! – Iba gritando mientras los impactos en su cuerpo se producían.  -¡Auchh! – Y se desplomó en el suelo.

Con celeridad, el vehículo de Caciope llegaba al punto en el cual vieron volar a Mikonos. La tormenta se había disipado y descendieron con el cuidado de que ya no había enemigos de ningún tipo. Su moto-nave, estaba hecha añicos, y agujeros se estaban cerrando con las bestias que se introducían en el interior.  

-          ¿No es su vehículo? – Preguntó Louis. Eso preocupó a Lerna y Caciope. - 

-          ¡¡Mikonos!!

-          ¡¡¡tontoo Noir!!!

Cada uno lo llamaba a su manera, comenzaban a preocuparse.

-          ¿Dónde estás Noir?

-          ¡¡Allá!! ..Veo algo, allá!! – Verifica cerca de los arboles -

-          ¡¡Es él!! – Explaya Louis –

¡Uf! ¡Qué alivio! – Dijo Caciope.

Fueron hacia él que estaba en el suelo.

-          ¡Auch! ¡¡Mi espalda!! – Debería pensar seriamente dejar éste trabajo– Se dijo así mismo y se masajea con la mano izquierda la cintura. Estaba con varias raspaduras de heridas leves, pero había sobrevivido a la caída gracias al gran árbol.  

-          ¡¡Mikonos!! – Lerna se lanzó encima de él

-          ¡¡Diablos mujer!! ¡¡Cuidado!! ¡¡Esoo!!

-          ¡Tú, eres un tonto! Preocupándonos – Lo regaña ella –

-          ¡Perdón! ¡Perdón! – Expresa.

-          Nuestro amigo es de acero ¡Ja! ¡Ja! –

-          Me alegra que este bien – Comenta Caciope

-          Bueno, gracias – Dice Mikonos

-          ¡Es hora de irnos de aquí! 

-          Si que fue una odisea

-          ¡Ja! ¡Ja! Ni lo digas –

-          Vamos, el carro nos espera – Expresa Caciope.

Mikonos se incorpora.

-          ¿Puedes caminar?

-          ¡Claro!

Comienzan a realizar el trayecto de vuelta.

-          ¡Oye Louis!  ¿Te queda todavía de esa bebida fuerte?

-          ¿Si te refieres al licor de víbora?, ¡¡Olvídalo!!

-          Yo le puedo ofrecer, señor Mikonos – Aparece desde el cielo la gran nave con Von Kramer, comunicándose en ella. –

Caciope intentó tomar su arma. Todos lo miraban con desprecio al gran Mariscal.

-          ¡¡Yo no me atrevería!! -  Varios hombres humanos y otros seres aparecieron y apuntaban al looter y su grupo –

Las compuertas de la gran nave se abrían, y él descendía. Uno de los soldados venía luego de revisar el vehículo. El bolso, el e cual estaba el cuaderno tenía toda la información.

-          Señor – Y le otorga el anotador del libro. -

-          ¡Je!¡Je! ¿Tanto por ésto?  -Y lo arroja a las manos de su mano derecha – Llévalo para analizar.  – Luego dirige su vista a Mikonos y compañía – Fue interesante la persecución. Lastima las perdidas, pero bueno son gajes del oficio del poder – ¡Buena suerte! ¡Mátenlos! – Von Kramer se estaba retirando a su nave. -

Todos apuntaban al grupo. El looter junto a Caciope pensaban una maniobra, y se miran y luego redirigen la vista a Louis y Lerna que asienten.

-          ¡Haremos aparecer un espectáculo! ¡¿Qué les parece?!  - Y arrojó muy lejos una suerte de granada explosiva de estruendo. -   

-          ¿Qué hace?

-          ¿Qué está haciendo?

-          ¿Recuerden que los gusanos suelen venir con el temblor y movimiento no?

La granada explota, y no sucede nada.

-          Es cuestión de tiempo – confeso tranquilo con sus manos admitiendo que suele ocurrir a veces si falla. -  

-          ¡Tonto saqueador!

Al momento de disparar, aparece otra nave que dispara. La tropilla de los hombres de negro.

-          ¡Ahh! ¿Es otra opción, no creen? El car no dejará que su némesis se lleve la gloria. -

-          ¡Devuelvan el anotador del libro! – Expresa su primer al mando de mister. Y se abre una pantalla donde Westerland habla desde un holograma – “Mariscal, no toques mi elementos”

-          ¡Gr! ¡¡GR!!--- No te atrevas Mister – Comienza entonces un tiroteo entre ellos de varios flancos.

-          ¡¡¡Al suelo!!! -  Grita – Louis entre ráfagas.

El suelo pronto se mueve, y se abre un gran orificio. La lombriz se hacía presente.

-          ¡Ahh!  ¡Llegó tarde!

-          ¿Eh? – Expresa sorprendida. -  

-          ¡¡¡Que nos larguemos de aquí!!! – Comenta Mikonos

-          ¡¡No podemos!!, ¡¡Debo ir por el cuaderno!!.

-          Pero no seas ilusa..

-          Pero..nada, allí está todo…- Gritó Caciope – ¡¡¡Es un trabajo importante!!!

-          ¡¡No me tomes el pelo!! ¡¡Es muy peligroso!!

-          No importa. Están todos mis años

-          ¿Para arriesgar tu vida?

Con una mirada Caciope lo dijo todo.

-          ¡Mmm!.. ¡Bien! – Louis, Lerna – Operación rescate del libro. – cambio de ideas – Ordena con resignación el looter. -

-          ¡Enterados!

Entre el movimiento de la bestia que llamaba a otras y los disparos, fueron moviéndose como podían hasta la nave.  Tomaron sus armas y se sumaron al tiroteo de láser de colores que iban y venían con el estruendo del gran gusano. Caciope corrió contra quien llevaba el libro que entraba en las compuertas que se iban cerrando. Logra al alcanzarlo y comienza un forcejeo; golpeándolo lo derriba con facilidad. Demasiada para su confianza.  -

-          ¡¡Devuélvelo!!..¡¡Grr!!

Varios se sumaron, y Mikonos se acercó contra ellos, y Louis y Lerna lo cubrían. Entre la confusión  Kramer regresó. -

-          No niña, no será tuyo, y la golpea arrojándola al suelo. Las compuertas se iban cerrando y la nave comenzaba su ascenso.

-          ¡¡No te llevaras el libro!! – Dijo Mikonos, e inmediatamente se arrojó contra Von Kramer, esquivando disparos que pasaban por todos los alrededores.

En el forcejeo la gran fuerza de Kramer inutilizó a Mikonos. El hombro de éste se sintió por un ataque de un soldado del mariscal. Y fue obligado a ponerse de rodillas, y con una maniobra se suelta, no obstante la movilidad no le permitía un equilibrio verosímil.  

-          ¡Mikonos!  - Gritan desde abajo Louis y Lerna. - 

Éste cae rodando por la plataforma que se cerraba. Caciope fue contra Kramer, y logra cortarlo con su cuchilla, aunque es reducida en su totalidad muscular, y arrojada al suelo.

-          ¡¡Acaben con ellos de una vez!! – Expresa Kramer y se retira con el libro de notas. -

-          ¡¡Mikonos!! – Le dice Caciope que lo ve inconsciente -

Los soldados abre fuego en una seguidilla de disparos, y ella lo abraza y ruedan por la compuerta que se cierra descendiendo al suelo. Louis y Lerna van por ambos. -  

-          ¡¡Rápido!! –Debemos ir al vehículo – Expresa Caciope. Ambos asienten. Corren los más veloz posible, en cuanto las lombrices luchaban con los hombres de negro y los soldados de Kramer.

La nave se iba esfumando. La tropilla de hombres de negro los perseguían, y el vehículo-nave de Caciope se colocaba en marcha.

Se lamentaban por la derrota y la pérdida del libro, sin embargo no todo estaba dicho. La aventura estaba en pañales. -  

 

 

 

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