Emilio.
Emilio: ¿Podemos hablar?
Rata 2:??
Emilio: Por favor...
Rata 2: ¿Cuándo?
Emilio: Hoy.
Rata 2: Ocupado.
Emilio: Pero...
Rata 2: Ocupado.
Emilio: Es urgente.
Rata 2: Y yo estoy ocupado.
Ya veré si puedo hacer tiempo...
Emilio: Por favor...
Rata 2: Ya veremos...
Guardé el móvil justo a tiempo. Mamá aparco frente a casa y todos salimos. Fui directo a mi habitación para desempacar.
Toc toc. Llamarón a la puerta. -¡Adelante!- Grité, entró Lewis.
-¿Qué coño quieres lombriz?- Pregunté.
-¡Que no me llames así, enano!- Me gritó el muy imbécil.
Le miré mientras levantaba una ceja. -¿Has venido a molestar o a qué? Porque si has venido a eso ya te puedes ir yen-
-No he venido a molestar.- Me cortó.
-Pues habla. No tengo todo el día, he quedado...-
-Justo a eso he venido.- Le miré confundido.
-No te entiendo si no me hablas.- Seguía sin prestarle mucha atención, no se la merecía. Lewis se sentó en mi cama.
-He escuchado cosas de ti...- Dijo mientras me miraba fijamente. Me quedé por un momento quieto.
-¿El qué?- Continúe desempacando.
-Cosas...- Me crucé de brazos.
-Vale, ¿y?- Pregunté mientras levantaba una ceja y le miraba fijamente. Lewis tragó saliva. -¿Me lo vas a contar o qué?- Empecé a guardar la ropa en el armario.
-Cosas como que eres un maricón.- Me quedé estático y trague saliva fuertemente. -¿Eso es cierto Isaac?- Me preguntó.
-¿Quién te ha dicho eso?- Le pregunté mientras intentaba no mirarle.
-No importa quien-
-Repito, ¿quién-coño-te-ha-dicho-eso?- Le corté.
-Isaac...-
-Lewis...- Esta vez sí que le miré.
-Me lo ha contado Margot.- ¿Cómo que Margot le ha...?
-Pues le puedes decir a Margot que en vez de diga gilipolleces que cierre la puta boca.- Dije mientras le echaba de la habitación. ¿Por qué Margot es tan bocazas? Ya hablaría luego con ella.
Se acercaban las seis y yo aún no había salido de mi casa, decidí que ya era hora de ir y salí de casa. El sitio no estaba muy lejos de mi casa, pero tampoco estaba al lado. Cogí el autobús y llegué enseguida. Miré la hora. 17:49 Todavía era pronto...
-Isaac.- Escuche detrás de mí. Me giré para poder apreciar la bonita cara de Greg. Digo ¿qué?
-Hola.- Le saludé con una sonrisa, él me devolvió la sonrisa.
-¿Alguna vez has pasado por aquí?- Me preguntó, negué. -Me paso más rato aquí que en mi casa...- Me contó mientras miraba hacia el skatepark que estaba en frente. ¿Por qué se pasaría tanto tiempo aquí? Me tendió la mano. -¿Vamos?- Le di mi mano y “entramos”, digo “entramos” porque no hay ni entrada ni salida.
Nos acercamos a un grupo de todo chicos, chicos de diferentes edades, pero había uno que me sonaba. -Erick, ¿Qué tal?- Espera, ¿ha dicho Erick?
-Hola Greg.- Erick me miró, luego miró que estábamos cogidos de la mano, me volvió a mirar.
-¿Erick?- Pregunté. -¿Qué haces aquí solo? Que sólo tienes doce años, por favor.- Le solté la mano a Greg para agacharme un poco.
-Tengo casi trece años, ¿vale? Aparte lo mismo digo, ¿tú qué haces aquí? Eh.- Miré a Greg avergonzado.
-Él ha venido conmigo, le voy a enseñar a hacer skate.- Erick asintió y se fue.
-¿De qué conoces a Erick?- Le pregunté mientras me incorporaba a su lado.
-Lo conozco desde hace un año aproximadamente, se unió a nuestro grupo de skaters.- Asentí. -¿Y tú?- Me preguntó.
-Es el hermano pequeño de una amiga...De Abril. No sé si te acuerdes de ella.-
-Mmm, ¿era la chica con camiseta rosa?- Asentí. -Oh, sí, ella es muy maja.- Sonreí.
Continuamos con nuestras clases de skate...O bueno mejor dicho mis clases de skate. Después de unas buenas dos horas paramos. Nos sentamos con su grupo de skaters, yo encima de su skate y Greg en el suelo. Me movía de un lado a otro, era divertido. Todo estaba bien, yo estaba callado mientras que Greg hablaba con sus amigos, todo muy normal...Hasta que empecé a oler algo desagradable...No jodas que estos también fuman maría. Vi cómo le ofrecían a Greg.
-No, gracias. Ya sabes que a mi no me gusta.- Le negó al chico.
-Vamos Greg, lo tendrás que probar para saber si te gusta o no.- Insistió el chico.
-No gracias Andrew.- El chico que al parecer se llamaba Andrew me miró.
-¿Tú quieres?- Greg me miró, yo miré a Greg, volví a mirar a Andrew.
-No, gracias. A mi no me gusta fumar.- Andrew chasqueó la lengua.
-Que aburrido sois. ¿Sabéis que sois de los pocos que aún no han probado?- Me sorprendí enseguida. ¿Erick habría probado...? No digas tonterías Isaac, claro que no, solo tiene doce años.
-Erick...¿Erick la ha probado?- Le pregunté y el tal Andrew se empezó a descojonar.
-Que va. ¿Cómo le vamos a ofrecer a él? ¡Sólo tiene doce!- Suspiré de alivio. -Hasta que no cumpla catorce nada.- ¿Perdona? Me atraganté con mi propia saliva, otra vez. Greg me dio unas palmaditas en la espalda. Andrew rió y se fue.
-¿Lo ha dicho en serio?- Le pregunté a Greg, asintió. -¿Es que todos los skaters fumáis maría o qué?- Greg rió.
-No todos...Solo los que deciden hacerlo...Yo no fumo, soy un chico sano.- Me dijo con una sonrisa, le devolví la sonrisa. Miré la hora. 20:09 Iba siendo hora de volver a casa.
-Greg.- Le llamé. Me miró. -Me tengo que ir ya.-
-Está bien.- Estaba a punto de levantarme. -Puedo...-
-¿Puedes qué?-
-¿Puedo darte un abrazo?- Sonreí ante la pregunta.
-Claro.- Le dí un abrazo corto y un beso en la mejilla antes de irme. ¿Qué acababa de hacer? Bueno da igual.
Al llegar a la puerta de mi casa vi a Emilio en ella. -¿Qué haces aquí?- Le pregunté y él se dio la vuelta para mirarme.
-Yo...Esto...Quería hablar.-
-Aja, ¿de qué?- Le pregunté.
-Este...¿Puedo pasar?-
-No. ¿Qué quieres Emilio? Ya sé que lo “nuestro” fue un juego para ti, ¿no me puedes dejar en paz ya?- Emilio negó.
-El tema es que...En realidad tu no fuiste un juego para mí.- Emilio estaba nervioso, se movía de adelante hacia atrás balanceándose.
-¿Qué me estás contando Emilio?...¿Sabes qué? Déjalo, no quiero saberlo. Tú ya tienes a Ana y yo ya tengo a otra persona, arreglado. Ahora, si eres tan amable mueveté de la puerta de mi casa.-
-¿Cómo que ya tienes a...? Da igual. Isaac escúchame por favor.-
-¿Quieres que te perdone? Tranquilo Emilio, estás perdonado. Déjame entrar a mi casa por favor.- Se me estaba acabando la paciencia.
-Yo...Isaac yo no sabía lo que hacía...Por favor déjame contártelo bien.-
-Emilio no quiero escucharte. Apártate de mí puerta, se me está acabando la paciencia...Por favor.- Dije impaciente.
-Isaac por favor...- Le dí un guantazo a Emilio.
-¡No!- Me dolía la mano de lo fuerte que le había dado, pero no me detuve a pedir perdón. -¡No quiero hablar contigo! ¿Lo entiendes? ¡Déjame en paz Emilio, en paz!- Le aparté de mi puerta y entré corriendo.
Me encerré en mi habitación, necesitaba pensar con claridad. Pensé tanto que me quedé dormido, aunque bueno, no me duró mucho. Alguien me estaba llamado, cogí el teléfono lo antes posible.
-¿Diga?-
-Isaac...- Escuche esa voz conocida...
-Greg...¿Qué pasa?- Le pregunté, se le notaba preocupado.
-Yo...Esto...¡Joder!...¿Yo podría dormir hoy en tú casa?-
-Claro...- Sonreí, pero luego recordé que se le notaba preocupado. -¿Qué ha pasado?-
-Mi padre...-
-No hace falta que digas más. Ya te he mandado la dirección, ¿Cuánto crees que tardarás?- Aunque yo no tuviera padre se que era difícil convivir con tus progenitores a veces. Prefería que se quedará conmigo a que se quedará con alguno de sus amigos marihuanos (todo desde el respeto, eh).
-Espero que no mucho...Nos vemos.-
-Nos vemos...- Colgó la llamada. Me levanté de la cama para avisar a mi madre, se que a ella no le molestaría. Estaba en su estudio trabajando en una pintura preciosa de un ojo verde.
-Mamá.- La llamé. Giró la cabeza para poder mirarme.
-Dime cielo.- Su voz dulce me hizo sonreír.
-Va a venir un amigo a dormir...¿Te molesta?- Mi madre negó.
-No pasa nada, mientras no hagáis mucho ruido. ¿Viene Emilio?- Negué con la cabeza.
-No...Con Emilio ya no me llevo...- Me miró confusa. -Se llama Greg, lo conocí en Grecia.- Mamá asintió con una sonrisa.
-Pues muy bien, ya me contarás que es eso de que no te llevas ya con Emilio.- Asentí.
-Sí...Bueno te dejo seguir pintando.- Asintió y yo fui hacia la cocina donde por desgracia estaba Margot. -Tú y yo tenemos que hablar, Margot.- Margot me miró confusa.
-¿De qué?- Preguntó.
-De lo bocazas que eres, ¿por qué no te callas un rato? ¿Es que acaso no tienes una propia vida que tienes que meterte en la de los demás?- Margot me tiró la cuchara que tenía en la mano (menos mal que Margot tiene mala puntería y no me dio) y salió de la cocina, no sin antes dedicarme unas palabras.
-¡Pues no, no tengo ni vida, ni amigos, ni pareja! ¡Perdona que no tenga una vida perfecta como tú!-
-Margot...- Puede ser que me hubiera pasado, pero solo un poco.
-¡Déjame en paz Isaac!- Gritó y salió corriendo escaleras arriba.
-¿Y a esta qué le pasa?- Preguntó Rachel entrando a la cocina.
-No lo sé. Últimamente está muy sensible.- Rachel recogió la cuchara del suelo y el bol de cereales que se había dejado Margot, los puso en el fregadero. -¿Podrías hablar con ella? No creo que después de esto quiera hablar conmigo.- Le dije mientras abría la nevera.
-No lo sé...Lo intentaré. Nos vemos luego.- Me despeinó y se fue. Me serví un vaso de leche y volví a mi habitación. Me llegó un mensaje.
Profesor de skate ♥🛹
Profesor de skate ♥🛹: Ya estoy fuera.
Isiii 💕: Voy.
Fui corriendo hacia la puerta, debido a la poca luz no pude verle bien.
-Ven, vamos.- Le dije mientras le cogía la mano y le guiaba hacia mi habitación. -Esta es.- Dije cuando llegamos, encendí la luz y me quedé horrorizado cuando...
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