Víctor, con una voz llena de alivio, suspiró: "Uff."
Devian, con una voz llena de orden, mandó: "Argel, llévatelo".
Victor, con una expresión de confusión, murmuró: "Señor, ¿me ha perdonado?" Devian, con una sonrisa fría, respondió: "Te he perdonado por tu ignorancia, pero no te he perdonado la vida".
En un abrir y cerrar de ojos, Victor Coleman fue desmembrado. Solo quedó una mirada de terror antes de desaparecer. Todos voltearon a mirar a Devian con terror en sus ojos.
Devian, con una voz tranquila pero amenazante, dijo: "Soy una persona muy amable y tranquila, pero las faltas de respeto contra mí ya vieron cómo acaban. Así que si otro quiere hacerse el superior y el chistoso, hable ahora o calle para siempre". Al ver la presencia que emitía Devian y sus lobos, nadie se atrevió a decir una palabra.
"Bien, como todo está explicado, después les explicaré cómo serán los negocios conmigo. Primero, me quiero familiarizar con todo el terreno", continuó Devian. Todos solo asintieron y no pronunciaron ni una palabra.
"Así que, antes de que se vayan, díganles a todos que hay un nuevo jefe y el puesto de Víctor está libre. El que lo quiera, tómelo, pero sin darme problemas. ¿Entendido?", preguntó Devian. Todos respondieron al unísono: "Sí, señor". Devian asintió y dijo: "Bien, pueden retirarse".
Jeremy, con una expresión de preocupación, preguntó: "Señor, ¿sabía que esto pasaría cuando no dejó venir a María?" Devian, con una sonrisa , respondió: "Sí, sabía que pasaría, pero pensé que habría más personas muertas, así que fue mejor de lo que esperaba".
Jeremy vio con asombro y terror cómo el hombre que acababa de matar a otro y había predicho todo, caminaba con una cara de inocente como un bebé. Por respeto y miedo, se limitó a hablar mucho en el resto del camino.
María, recibió a su maestro con una sonrisa. "Bienvenido de nuevo, Maestro. ¿Cómo le fue en su reunión?" preguntó.
Devian, respondió con una sonrisa . "Me fue mejor de lo esperado."
Jeremy, parecía preocupado. "Joven Maestro, ¿dónde se quedará?"
"Pues en uno de los burdeles," respondió Devian, para sorpresa de Jeremy.
"¿Qué? ¿Cómo puede quedarse allá? Acá puede tener las mejores habitaciones," protestó Jeremy.
Devian levantó una mano para calmarlo. "Recuerda que debo mantener un bajo perfil por el momento. Además, es tu casa y no me gusta importunar mucho tiempo."
Jeremy asintió, aunque todavía parecía preocupado. "Claro que no molesta, señor."
Devian se volvió hacia María. "María, ¿cuál burdel es el tuyo?"
"El de la avenida principal," respondió María.
"Entonces vamos. Tengo que hablar contigo sobre varias cosas importantes," dijo Devian.
María asintió. "Como desee, Maestro."
Devian se despidió de Jeremy. "Bueno, Jeremy, nos vamos. Fue un gusto hacer negocios contigo. Espero que sigas colaborando conmigo en el futuro."
"Claro que sí, Maestro. Siempre estaré a su disposición," respondió Jeremy.
Devian. "Primero, María, tenemos que arreglar lo de tus hermanas. Por lo que apenas lleguemos, llámalas."
María parecía sorprendida. "Señor, ¿compró todo solo para cumplir su promesa conmigo?"
Devian sonrió. "En parte sí. Además, me quedarás debiendo un favor después."
María parecía decidida. "Haré lo que sea por mis hermanas, incluso darle mi título de virgen."
Devian la miró seriamente. "Te lo he dicho varias veces, no te abalances al lobo si no estás lista."
Ya en el burdel, María trajo a sus hermanas a la oficina principal. "Señor, estas son mis hermanas, Ines y Erika."
Ines, con una sonrisa tímida, dijo: "Es un gusto conocerlo, señor". Erika, con una expresión de respeto, añadió: "Es un placer estar frente a ustedes". Devian, con una sonrisa amable, respondió: "Primero, levanten la cabeza. Segundo, dejen eso de 'señor', que soy muy joven para eso. Y tercero, esa actitud no es de una persona libre".
Ines, con una expresión de confusión, preguntó: "¿Cómo que libres?" Erika, con una chispa de esperanza en sus ojos, preguntó: "¿O sea que por fin nos podemos ir?" Devian, con una sonrisa , respondió: "Sí, hice un trato con su hermana y la cláusula era que le cumpliría su sueño a cambio de un favor".
Ines, con lágrimas en los ojos, dijo: "Hermana, señor, muchas gracias". Erika, con una expresión de preocupación, preguntó: "¿Pero qué le pasará a nuestra hermana? Sin ella, prefiero seguir aquí hasta que esté libre también". María, con una sonrisa amable, respondió: "Erika, no seas grosera con el maestro. No importa lo que me pase a mí, sean libres al fin y disfruten la vida".
Erika, con una expresión de preocupación, dijo: "Pero hermana, no podemos vivir sabiendo que sufrirás". Devian, con una voz tranquila pero firme, respondió: "Silencio, a ella no le pasará nada que ella no quiera. Lo que necesito de ella es la información que maneja".
Ines, con una expresión de confusión, preguntó: "¿Información?" Devian, con una sonrisa , respondió: "Por algunos motivos, estoy buscando a unas personas y solo en los burdeles se obtiene esa información. Por eso necesito a su hermana, por ser una matrona".
María, con una sonrisa amable, dijo: "Se los dije, yo estaré bien. Todo lo hago por voluntad. Es mejor que ustedes sean libres y estudien por fin". Devian, con una voz tranquila pero firme, dijo: "Ya dicho esto, quítense la camisa ahora mismo".
Ines, con una expresión de resignación, respondió: "Bueno". Devian, con una voz tranquila pero firme, dijo: "Argel, sal. Apenas le quite la marca, cúralas". Usando su mana, quemó y retiró del cuerpo tanto de Ines como de Erika la marca de esclavitud y el collar de sumisión.
Devian, con una sonrisa , dijo: "Con eso, quedarán sin marcas y libres. Ya no están atadas a estos lugares. Disfruten la vida". Erika, con lágrimas en los ojos, dijo: "Todo estos años de dolor y al fin somos libres. Al fin somos libres". Ines, con una sonrisa amarga, añadió: "Parece que todo fue un simple sueño".
María, con una sonrisa amable, dijo: "Al final, sí pude cumplirles la promesa de liberarlas". Devian, con una sonrisa , preguntó: "Ines, Erika, ¿tienen donde quedarse?" María, con una expresión de alivio, respondió: "Sí, con lo poco que ganábamos, reunimos para comprar una casa cerca y para liberarlas. Ahora solo queda terminar la casa".
Devian, con una sonrisa , dijo: "Eso es bueno. Igual, esa casa ahora me pertenece, así que no me deben nada. Considérenla un regalo por su libertad". María, con una expresión de sorpresa, preguntó: "Señor, ¿en serio? Aún debemos bastante dinero". Devian, con una sonrisa , respondió: "El dinero no me interesa. Relájense y cuando vayan a estudiar, me avisan y les pago sus estudios".
María, con una expresión de sorpresa, dijo: "Señor, no podríamos aceptar eso. Ya ha hecho demasiado por nosotras. ¿Cómo podríamos abusar?" Devian, con una sonrisa , respondió: "Si van a estudiar, cuando trabajen me pueden pagar. Así se sentirán mucho mejor. Véanlo como un préstamo".
Ines, con una sonrisa decidida, dijo: "Si es así, yo tomaré su oferta y estudiaré con el gremio de monstruos". Erika, con una sonrisa decidida, añadió: "Yo también la acepto y estudiaré con el gremio de armas".
Devian, con una sonrisa , dijo: "Bueno, descansen que ya es tarde. Yo hablaré con algunos amigos y cuando tenga todo listo, les diré". Erika, con una sonrisa agradecida, dijo: "Muchas gracias, maestro". Devian, con una sonrisa amable, respondió: "Dejen de llamarme así. Somos casi de la misma edad. Solo díganme Devian". Ines, con una sonrisa agradecida, dijo: "Como desee, Devian. Con su permiso, nos retiramos".
María, con lágrimas en los ojos, dijo: "De verdad, maestro, ha hecho tanto por mí en tan poco tiempo que solo una noche parece que toda mi vida se arregló de golpe. No me alcanzará esta vida para pagarle". Devian, con una sonrisa , respondió: "Nada, de eso, quítate la ropa también".
María, con una expresión de sorpresa, preguntó: "¿No será que quiere mi título, maestro? ¿Es un pervertido?" Devian, con una risa amarga, respondió: "Ahhh, que no es eso, Dios, qué mujer vulgar. Serás libre al igual que tus hermanas".
María, con una expresión de confusión, preguntó: "¿En serio, maestro? Pero ¿no que me necesitaba?" Devian, con una sonrisa , respondió: "Sí, te necesito, pero no me gusta la esclavitud. Me gusta que la gente que se quede conmigo sea por voluntad y no por obligación". María, con una sonrisa decidida, dijo: "Me quedaré con usted el resto de mi vida".
Devian, con una sonrisa , dijo: "Bueno, con esto ya eres libre. Ahora dime, ¿cuál es mi habitación? Que mañana tengo mucho que hacer". María, con una sonrisa amable, respondió: "Sígame por aquí, tengo una habitación perfecta para usted".
Después de un rato, llegaron a una habitación. Marie, con una sonrisa amable, dijo: "Aquí descansará hoy, joven amo". Devian, con una sonrisa , respondió: "Gracias, descansa y, por favor, llámame por mi nombre". Marie, con una sonrisa amable, dijo: "Lo tendré en cuenta".
Ya en la mañana, María, con una sonrisa amable, dijo: "Señorito Devian, ¿se encuentra despierto?" Devian, con una sonrisa, respondió: "Sí, pasa, María". Marie, con una sonrisa amable, dijo: "Con su permiso". Devian, con una sonrisa , preguntó: "¿Qué se te ofrece, Marie?" Marie, con una sonrisa amable, respondió: "Como hubo cambio de dueño ayer, no abrimos y todas están en la sala esperando una junta con usted".
Devian, con una sonrisa , dijo: "Eso es bueno, me ahorro el no tener que llamarlas, y diles que en un momento me reuniré con ellas". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "Como usted ordene, señorito".
Después de cambiarse y ya en la sala de juntas, Devian, con una sonrisa , dijo: "Buenos días, señoritas, necesito que hagan tres grupos: las esclavas, las mitad bestias y las que están aquí por voluntad". Después de decir estas palabras, todas hicieron los grupos como él dijo.
Devian, con una sonrisa , dijo: "Ya están en sus grupos perfectos. Primero, las mitad bestia, retírense, que lo que hablaré no quiero que lo escuchen". Clara, con una expresión de confusión, preguntó: "¿Y adónde iremos mientras tanto, señor?" Devian, con una sonrisa , respondió: "Vayan a mi oficina, ahí tienen comida para que coman mientras termino aquí". Clara, con una sonrisa amable, respondió: "Entendido, Señor, nos retiramos".
Las seis chicas bestias salieron de la sala rumbo a la oficina de Devian. Ya en la oficina, Clara, con una expresión de resignación, dijo: "Parece que él es igual que todos". Sofrina, con una sonrisa amarga, respondió: "Para los humanos, somos una aberración. No debería sorprenderte". Cindy, con una expresión de tristeza, dijo: "Sí, lo sé, pero tenía esperanza de que al menos él fuera diferente a los demás". Sara, con una sonrisa amarga, dijo: "No podemos hacer nada, sigamos nuestro camino y no molestemos al maestro".
Devian, con una sonrisa , dijo: "Ya que estamos todos, les explicaré la situación, Marie". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "El maestro está buscando una organización que mató a su familia, por lo que quiere crear una red de información grande. Por eso se convirtió en el señor feudal de estas tierras". Mayra, con una expresión de confusión, preguntó: "¿Y nosotras cómo estamos incluidas en eso?"
Devian, con una sonrisa , dijo: "Sencillo, el mejor punto de información son los burdeles". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "El maestro tiene razón, puesto que todos vienen a disfrutar y a veces hablan de más". Devian, con una sonrisa , añadió: "Y eso es lo que quiero. Por eso, todo lo que oigan, díganmelo y así podré encontrar a esa banda".
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