Devian, con una sonrisa , dijo: "Las estimo a ambas bastante, por eso quiero pasar la tarde con ustedes. no puedes?". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "Claro que puedo, pero déjeme arreglarme primero". Devian, con una sonrisa , dijo: "Claro, mientras buscaré a Clara y unas cosas". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "Entonces nos vemos en la entrada en un rato". Devian, con una sonrisa , dijo: "Me parece bien".
Marie, sonrojándose, pensó: "¿Por qué está repentina invitación? Dios, tengo nervios". Mientras tanto, Devian buscaba a Clara. "Hermanito", dijo Clara con una sonrisa amable. Devian, con una sonrisa , respondió: "Oh, Clara, te estaba buscando". Clara, con una sonrisa amable, preguntó: "¿A mí?". Devian, con una sonrisa , respondió: "Sí, cámbiate que nos vamos a pasear por el poblado". Clara, con una sonrisa emocionada, exclamó: "¡En serio!". Devian, con una sonrisa , respondió: "No te miento". Clara, con una sonrisa emocionada, dijo: "¡Yupi, ya me cambió, no me demoró!". Devian, con una sonrisa , dijo: "Te espero en la puerta".
Así, se quedó esperando en la puerta. Diez minutos más tarde, Clara, con una sonrisa amable, dijo: "Hermanito, ya estoy lista, ¿qué tal?". Devian, con una sonrisa , respondió: "Te ves bastante bonita, que te podría adoptar". Clara, con una sonrisa amable, dijo: "Pero si ya somos familia, ¿para qué adoptarme?". Devian, con una sonrisa , respondió: "Tienes razón".
Marie, con una sonrisa amable, dijo: "Yo también estoy lista, señor". Devian, alzando la cabeza y asombrado, dijo: "¿Qué ¿Pasó? ¿Me veo rara con esto?". Devian, con una sonrisa , respondió: "No solo que tu belleza me dejó perplejo". Marie, sonrojándose, preguntó: "¿En serio? ¿Tan bien me veo?". Devian, con una sonrisa , respondió: "Te puedes hacer pasar por una diosa y nadie lo dudaría". Clara, con una sonrisa amable, dijo: "Déjense de coquetear y vámonos al pueblo". Devian, sonrojándose, respondió: "No... no estaba coqueteando".
Marie, con una sonrisa amable, dijo: "Así es, solo estábamos hablando, mejor vámonos al poblado". Lorena, con una expresión de sorpresa, exclamó: "¡Pero qué acabo de ver! Esto es un chisme demasiado bueno".
Ya en el poblado, Marie, con una expresión de confusión, dijo: "Me siento extraña, la gente me ve más de lo normal". Devian, con una sonrisa , respondió: "Porque te ves muy linda, es normal quedarse embobado contigo". Marie, sonrojándose, exclamó: "¡Vaya, no sabía que ¡podías ser tan dulce!". Devian, con una sonrisa , respondió: "mmm, espera, no quería decirlo, solo se me salió".
Marie, con una risa amable, dijo: "Jajajaja, no pasa nada, me siento halagada por ti, señor". Devian, con una sonrisa , respondió: "Ay, Dios mío, me vas a dar algo un día de estos, y deja de llamarme señor". Clara, con una sonrisa curiosa, preguntó: "Hermano, ¿te gusta Marie?". Devian, sobresaltado, respondió: "¿Por qué dices ¿Eso?".
Clara, con una sonrisa amable, dijo: "Porque mi papá también es así con mi mamá, por eso me preguntaba". Devian, con una sonrisa , respondió: "Mi niña, si no me gustara un poco, no la hubiera invitado, ¿no crees?". Clara, con una sonrisa emocionada, exclamó: "¡Entonces ella será mi hermana!".
Devian, con una sonrisa , dijo: "Oye, ¿por qué no vas a comprar en esa tienda? Ahora te alcanzamos". Clara, con una sonrisa traviesa, dijo: "¿Te quieres quedar a solas con mi hermana, pervertido?", y se fue.
Devian, con una sonrisa , dijo: "Dios, esta niña, ¿qué está aprendiendo? Marie, no le prestes atención a Clara". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "Primero dice que siente algo por mí y después que lo olvide, qué señor tan tímido". Devian, agitado, respondió: "Si vieras lo tímido que soy", y la besó.
Marie, sorprendida y ruborizada, balbuceó: "Ah... pe... ro...". Devian, con una sonrisa , dijo: "Vamos, señorita tímida". Marie, sumisa, respondió: "Sí". Lorena, con una sonrisa traviesa, dijo: "Parece que Marie ya encontró a un buen hombre, mejor me voy a contarle esto a las chicas".
Clara, con una sonrisa emocionada, llamó: "¡Hermanito, ven!". Devian, con una sonrisa , preguntó: "¿Qué pasa?". Clara, con una sonrisa emocionada, respondió: "¡Mira esto, se ve delicioso!". Devian, con una sonrisa , dijo: "Hoy come todo lo que quieras, eso va para ti también, Marie. Yo pagaré por ustedes hoy". Clara, con una sonrisa emocionada, exclamó: "¡Eres el mejor hermano del mundo!". Marie, con una sonrisa amable, dijo: "Gracias, señorito Devian". Devian, con una sonrisa , respondió: "El señorito sobra", se acercó y susurró: "Y esa actitud de niña tímida te hace mucho más hermosa".
Marie, apenada, respondió: "Entiendo, Devian". Devian, con una sonrisa , dijo: "Deme tres brochetas, señor". El señor, con una sonrisa amable, respondió: "Enseguida salen". Devian, con una sonrisa , dijo: "Tengo que ir a la joyería a entregar algo, espérenme aquí, no demoraré nada". Marie, con una sonrisa amable, respondió: "Yo cuido a Clara para que no salga corriendo". Devian, con una sonrisa , dijo: "Gracias", y se fue.
Clara, con una sonrisa curiosa, preguntó: "Marie, ¿estás enamorada de mi hermano?". Marie, sorprendida y tartamudeando, respondió: "¿Qué... por qué preguntas eso de repente?". Clara, con una sonrisa traviesa, dijo: "Porque si no te gusta, ¿por qué se besaron?". Marie, sorprendida y ruborizada, exclamó: "¿Nos viste? ¡Qué vergüenza!".
Clara, con una sonrisa traviesa, dijo: "Pues lo hicieron en la mitad de la calle y en pleno día, todos lo vieron". Marie, con una expresión de preocupación, dijo: "Ay Dios mío, qué pena. Pero sí, me gusta el señorito, hace tanto por mí y no lo hace con una intención obscena". Clara, con una sonrisa emocionada, exclamó: "¡Lo sabía! ¿Por qué no se lo dices?".
Marie, con una expresión de preocupación, respondió: "¿Cómo crees? Sé que él tiene otras cosas en mente y sé que no soy parte de eso". Clara, con una sonrisa traviesa, dijo: "Si no lo fueras, ¿por qué cuando duerme dice tu nombre con una sonrisa?". Marie, sorprendida, preguntó: "¿Espera, cómo sabes eso? Si él nunca duerme". Clara, con una sonrisa traviesa, respondió: "Yo me quedé a dormir con él, escuché cuando pronuncia tu nombre dormido o cuando se sienta en el marco de la ventana". Marie, con una sonrisa esperanzada, dijo: "Entonces, sí tendría una oportunidad".
De repente, una voz desconocida interrumpió: "No entiendo cómo una puta y una sucia esclava pueden estar libres sin correas". Clara, aterrorizada, exclamó: "¡Señor Joaquim!". Marie, con una expresión de preocupación, preguntó: "¿Qué pasa, Clara? ¿Por qué te ves tan asustada?".
Joaquim, con una sonrisa maliciosa, dijo: "Parece que todavía me recuerdas, Clara. Chicos, agarren a Marie". Los mercenarios, con una sonrisa maliciosa, respondieron: "Sí, señor". Marie, con una expresión de miedo, exclamó: "¿Qué hacen? ¡Suéltenme!". Clara, con una expresión de miedo, gritó: "¡No, señor Joaquim, aléjese, ya somos del nuevo dueño!".
Joaquim, con una sonrisa maliciosa, respondió: "Mi papá era el dueño, así que si le digo, puede convencerlo para hacerlas quedar mal a ustedes". Marie, con una expresión de determinación, exclamó: "¡Invocación de magia de agua: burbujas!". Los mercenarios, sorprendidos, gritaron: "¡Ahhh!". Marie, con una expresión de determinación, dijo: "Le digo que se aleje o no dudaré en usar magia".
Joaquim, con una sonrisa maliciosa, ordenó: "Chicos, acábenla". Los mercenarios, con una sonrisa maliciosa, respondieron: "Sí, señor". Hugo, con una expresión de determinación, exclamó: "¡Invocación de magia de aire: ráfaga!". Héctor, con una expresión de determinación, exclamó: "¡Invocación de magia de electricidad: furia del trueno!". Marie, con una expresión de miedo, gritó: "¡Señor, por favor, ayúdame!".
De repente, una voz desconocida gritó: "¡Deténganse!". Una explosión resonó en el lugar. Devian, con una expresión de preocupación, exclamó: "¿Qué mierda fue eso? Eso fue donde está Marie, debo apurarme". Marie, con una expresión de alivio, dijo: "Ahh, estoy bien, ¿qué pasó?". Una voz desconocida, con una expresión de preocupación, preguntó: "¿Estás bien, Marie?".
Marie, con una expresión de alivio, preguntó: "Señor Heitor, ¿por qué lo hizo?". Heitor, con una expresión de determinación, respondió: "Cuando quedaste sola con tus hermanas, solo yo las ayudé, las alimenté y crie. ¿Cómo podría dejar que lastimen a mi niña? Me oíste, cerdo asqueroso, si quieres tocarla, tendrás que matarme primero".
Marie, con lágrimas en los ojos, suplicó: "No, por favor, me voy con ustedes, pero déjenlo por favor". Hugo, con una expresión de desprecio, gritó: "¡Quítame las manos, sucia puta!", y la golpeó. Heitor, con una expresión de furia, se abalanzó sobre él, exclamando: "¡Cómo te atreves!".
Héctor, con una sonrisa burlona, dijo: "¿Crees que un campesino puede derrotarnos?", y lo golpeó. Hugo, con una risa cruel, añadió: "Ridículo, nadie debe meterse con nosotros", y lo pateó. Joaquim, con una expresión de desdén, ordenó: "Ignoren a ese plebeyo y atraigan a esa mujer".
Heitor, levantándose con dificultad y jadeando, gritó: "¡SE LOS DIJE! ¡SI QUIEREN A ESTA MUJER TENDRÁN QUE MATARME PRIMERO!". Joaquim, con una sonrisa maliciosa, dijo: "Denle lo que quiere y mátenlo".
Hugo, con una expresión de preocupación, dijo: "Señor, pero está cerca de Marie". Joaquim, con una sonrisa maliciosa, respondió: "Ya no importa, mátenlos". Los mercenarios, con una expresión de determinación, respondieron: "Como diga".
Hugo, con una expresión de determinación, exclamó: "¡Invocación de magia de aire: ráfaga!". Héctor, con una expresión de determinación, exclamó: "¡Invocación de magia de electricidad: furia del trueno!". Devian, con una expresión de determinación, gritó: "¡Argel, fuego madre!". Una explosión resonó en el lugar.
Hugo, con una expresión de sorpresa, exclamó: "¿Quién contraatacó? ¿Quién eres?". El humo se disipó y se vio la figura de un joven con dos lobos. Joaquim, con una expresión de miedo, preguntó: "¿Quién te crees que eres para meterte en esto?".
Devian, con una expresión de determinación, respondió: "Señor, muchas gracias por cuidar de ellas, déjeme esto a mí". Heitor, con una expresión de gratitud, dijo: "Por favor, señor". Hugo, con una expresión de desprecio, dijo: "Un niño no es más que un debilucho". Héctor, con una expresión de desprecio, exclamó: "Ni magia necesitaré, muere".
Devian, con una expresión de determinación, agarró a Héctor y preguntó: "¿Quién lastimó a Marie?". Joaquim, con una expresión de miedo, gritó: "¿Qué haces viendo? ¡Mátalo!". Hugo, con una expresión de determinación, comenzó a decir: "Invocación de mag...". Devian, con una expresión de determinación, interrumpió: "Herasu". Los mercenarios desaparecieron.
Joaquim, con una expresión de miedo, exclamó: "¿Quién eres, monstruo? ¡Aléjate de mí!". Devian, con una expresión de determinación, golpeó a Joaquim repetidamente. Joaquim, con una expresión de miedo, suplicó: "Ya, por favor, déjame ir, no pasará esto otra vez, mira que soy el hijo del duque de aquí". Devian, con una expresión de desprecio, cortó a Joaquim y dijo: "¿Qué onda? ¿Qué fue lo que te pasó? No que muy verga eras, pareces un perro de callejón, muere".
Joaquim, con una expresión de miedo, suplicó: "Por favor, no, te daré lo que quieras, dinero, esclavas, lo que quieras". Clara, con una expresión de preocupación, llamó: "Hermano, Marie y el señor". Devian, con una expresión de alivio, respondió: "Te salvaste de morir por ahora", y se volteó.
Joaquim, con una expresión de miedo, amenazó: "Debiste matarme, ahora me iré con mi papá y lo vas a lamentar". Devian, con una expresión de desprecio, ignoró a Joaquim. Luego, con una expresión de preocupación, dijo: "Argel, usa gran curación en el señor, Marie, despierta".
Marie, con una expresión de alivio, dijo: "Devian, ¿eres tú?". Devian, con una expresión de alivio, respondió: "Sí, lamento llegar tarde". Marie, con una expresión de preocupación, llamó: "Heitor". Heitor, con una expresión de alivio, respondió: "Aquí estoy, pero ¿cómo me recuperé?".
Devian, con una expresión de gratitud, dijo: "Este es Argel, mi bestia invocada, puede usar magia sacra y con eso te curó". Heitor, con una expresión de gratitud, dijo: "Oh, señor, estoy agradecido con usted". Devian, con una expresión de gratitud, respondió: "No, el que de verdad está agradecido soy yo", y agachó la cabeza. Heitor, con una expresión de respeto, dijo: "Señor, no haga eso, levante la cabeza".
Marie, con una expresión de dolor, exclamó: "¡Auch!". Devian, con una expresión de preocupación, preguntó: "¿Dónde te duele?". Marie, con una expresión de alivio, respondió: "Es algo sin sentido, no te preocupes".
Devian, con una expresión de determinación, agarró a Marie y dijo: "Dejar una cicatriz o moretón en ese hermoso rostro es algo que nunca permitiría". Marie, ruborizada, respondió: "Bueno, señorito".
De repente, Jeremy, con una expresión de ira, exclamó: "¿Quién ha sido el despreciable que se ha osado a lastimar a mi hijo?". Joaquim, con una expresión de miedo, respondió: "Mira, papá, está allá".
Devian, con una expresión de autoridad, se presentó: "Yo soy Devian Barrett, el dueño de estas tierras". Jeremy atemorizado, respondió: "Disculpe, no sabía que estaba aquí, solo vengo por el que lastimó a mi hijo". Joaquim, con una expresión de desprecio, acusó a Devian: "Papá, ¿por qué le temes a ese sucio niño? Él fue quien me pegó". Jeremy, con una expresión de vergüenza, golpeó a Joaquim y dijo: "¿Cómo osas hablarle así? ¿No ves que gracias a él tenemos la casa?".
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