Marie, guiando a Devian, le informó, "Estamos a 45 minutos de aquí". Devian, sorprendido, respondió, "Pensé que estaba más lejos". Marie, con una sonrisa, explicó, "Por eso la elegí, está cerca de aquí". Devian, preparándose para el viaje, pidió un momento.
Devian, montando a su lobo Argel, invitó a Marie a subir, "¿Quién dijo que caminaríamos? Argel, ven, sube". Marie, aunque un poco nerviosa, aceptó, "Aunque no es necesario, pero está bien". Devian, asegurándose de que Marie estuviera segura, le aconsejó, "Agárrate fuerte".
Al llegar al barrio de Marie, Devian preguntó, "¿Cuál es tu casa?". Marie, señalando el camino, respondió, "Seguimos este camino y doblamos a la derecha y llegamos". Devian, emocionado, exclamó, "Entonces vamos".
Al llegar a la casa de Marie, fueron recibidos por Erika, "Oh, Devian, ¿qué te trae por aquí?". Devian, con una sonrisa amigable, respondió, "Vine para visitar y hablar con ustedes, ¿puedo pasar?".
Dentro de la casa, Heitor les ofreció desayuno, pero Devian declinó amablemente, "Ya comimos, tranquilo". Erika, curiosa, preguntó, "¿Comieron? ¿Acaso vino otra persona?". Devian, explicando su llegada, respondió, "Sí, solo que es la primera vez montando lobo por lo que se quedó a tomar aire un momento".
Erika, emocionada de ver a su hermana, corrió hacia Marie y la abrazó, "Hermana, te extrañé mucho". Marie, igualmente emocionada, respondió, "Yo también, ¿e Inés dónde está?".
Devian, con una idea en mente, propuso, "Mientras se ponen al día, el señor Heitor y yo hablaremos afuera". Marie, aceptando la propuesta de Devian, asintió, "Me parece bien".
En el patio de la casa, Heitor, consciente de la seriedad de la situación, preguntó, "Si quieres hablar en privado es porque es algo tumba". Devian, con una mirada seria, confirmó, "Estás en lo correcto". Heitor, preocupado, preguntó, "¿Qué tan delicado es la cosa?".
Devian, con una voz llena de determinación, reveló su plan, "Las voy a sacar de aquí con otros nombres, parece que tenemos un traidor y pueden secuestrarlas para llegar a mí". Heitor, confiando en Devian, respondió, "Yo confío en ti y sé que harás todo lo posible por su seguridad, así que me tranquiliza".
Inés, emocionada al ver a su hermana Marie, exclamó, "Hermanita, cómo me hacías falta". Marie, sonriendo, respondió, "Te ves tan radiante, Inés". Devian, asintiendo, agregó, "Opino lo mismo, estás más radiante que la última vez que nos vimos".
Ines, al ver a Devian, saltó a conclusiones, "Oh, Devian también está aquí. Entiendo, estás aquí para pedir la mano de mi hermana, ¿verdad?". Devian, sorprendido, rápidamente corrigió, "Que no, todavía no".
Devian, cambiando de tema, preguntó, "Quiero preguntarles, ¿cuánto han estudiado para la escuela?". Ines y Erika, orgullosas de su progreso, compartieron que habían estado estudiando casi todo el día desde que estaban libres.
Devian, satisfecho con su progreso, reveló, "Es bueno escuchar eso, porque en 2 semanas se van". Ines, emocionada, preguntó, "¿Espera, eso quiere decir que ya conseguiste meternos en una escuela mágica?".
Devian, asintiendo, explicó, "Sí, pero con una condición. Para evitar problemas o malentendidos, tendrán que usar mi apellido". Erika, sorprendida, preguntó, "¿Pero estas medidas, a dónde vamos a estudiar?".
Devian, con una sonrisa segura, respondió, "En la escuela sagrada de la iglesia del nuevo orden". Todos, al escuchar ese nombre, quedaron impresionados. Erika e Ines, preocupadas, expresaron sus dudas, "Pero ese lugar es muy costoso para nosotras, nunca podríamos encajar".
Devian, tranquilizándolas, aseguró, "Por eso usarán mi apellido y dirán el de sus maestros, así nadie los molestará". Erika, intrigada, preguntó, "¿Quiénes son nuestros maestros?". Devian, revelando sus planes, respondió, "Jeremy Marshall y Qirune Ulreqium".
Heitor, emocionado por la noticia, propuso, "Buenas niñas, vamos a la villa, compremos alcohol y comida, tenemos que hacer una fiesta por esto". Erika, entusiasmada, agregó, "Podemos pedir carne y muchas cosas más". Devian, generoso, les ofreció dinero, "Heitor, toma, úsalo para comprar todo lo que quieras, yo invito".
Devian, decidiendo quedarse atrás, explicó, "No, aprovecharé mientras para organizar los documentos y hablar con sus maestros". Con eso, se despidieron y se prepararon para la próxima etapa de sus vidas.
Devian: marie estoy cerca de mi limite
Cuando estaba a punto de sacárselo, el pie de Marie lo agarró y lo sujetó
con fuerza, pidiéndole que no lo sacara sino que lo metiera dentro para
no arruinar el placer, así los dos acabando entre gemidos
Devian: guao eso fue demasiado increíble
Marie: si todavía no terminamos cariño todavía quiero seguir
Devian: entonces hagámoslo hasta saciarnos*caer*
Marie: ahora es mi turno*empujar* de hacerte sentir bien*introducir*
Devian: diablos se siente tan cálido dentro
Marie: dime si lo hago demasiado fuerte
Y luego comenzó a montar a su hombre y cabalgarlo moviéndose de
arriba a abajo, observando una hermosa erección llena de placer
mientras movía suavemente sus caderas, gemía suavemente y tan
fuerte que afectará tu mente hasta corromperla y hacerte encontrar. ti
mismo en duda y con sus movimientos como una serpiente. Su lengua
te toca, lastimándote de una manera increíblemente placentera, Devian
no puede soportarlo más y la agarra por la cintura para asaltarla
mientras saborea y juega con sus grandes tetas, provocando que los
gritos de Marie se hicieran más fuertes.
en lo profundo de ti, te haré mía por completo.
Marie: No pares, sigue, quiero sentirte dentro de mí, quiero que me hagas tuya una y otra vez.
Y así, entre gemidos y suspiros, Devian continuó embistiéndola con una intensidad y pasión desbordantes. Ambos entregados al éxtasis del placer, dejando de lado cualquier inhibición o pensamiento en ese momento. El aire se llenaba de susurros lascivos y el sonido de sus cuerpos chocando.
Marie: ¡Más fuerte! ¡No pares! Eres tan increíble, Devian.
Devian: Y tú eres mi perdición, Marie. Eres todo lo que he deseado.
El ritmo se volvía frenético, el tiempo parecía detenerse mientras se consumían en una lujuria desenfrenada. Los gemidos se intensificaban y el sudor cubría sus cuerpos entrelazados. Y en un clímax arrollador, ambos alcanzaron el éxtasis supremo, dejando escapar alaridos de placer.
Luego de su explosivo encuentro, Devian y Marie se abrazaron, exhaustos y felices, disfrutando de la calma que sigue a la tormenta. En ese momento, el amor y la pasión los envolvieron completamente, dejando atrás cualquier duda o miedo.
Marie: No puedo creer lo mucho que te deseo, Devian. Eres el dueño absoluto de mi corazón y mi cuerpo.
Devian: Y tú eres mi musa, Marie. No puedo imaginar mi vida sin ti. Eres mi todo.
Ambos se quedaron en esa íntima proximidad, sabiendo que han encontrado el uno en el otro lo que tanto anhelaban. El destino los ha unido, y juntos enfrentarán los desafíos y placeres que les depara el futuro.
Una cálida noche de pasión, Marie y Devian se encontraban en la habitación. El deseo y la lujuria impregnaban el aire, mientras sus cuerpos se acercaban cada vez más. Marie, ansiosa, le pidió a Devian que la tomara dentro, y aunque le causó un poco de dolor, lo soportó valientemente.
A medida que Devian comenzaba a moverse suavemente dentro de ella, sus mentes se perdían en el placer y la excitación. Los gemidos resonaban en la habitación, llenándola con el sonido de su creciente pasión. En medio de su éxtasis, Marie entre gemidos le pidió a Devian que hablara más fuerte, lo cual sólo intensificó su conexión.
La cama temblaba violentamente, sintiendo los embates del deseo. Devian, al borde de su límite, estaba a punto de retirarse, cuando el pie de Marie lo agarró con fuerza, suplicándole que no lo sacara y que siguiera dentro de ella, para así preservar el éxtasis compartido. Ambos alcanzaron el clímax entre gemidos de satisfacción.
Después de un momento de descanso, marie dejó claro que aún no había terminado, y su deseo de continuar dominaba sus pensamientos. Devian, emocionado por su insaciable pasión, accedió sin ninguna reserva. continuaron entregándose el uno al otro, saboreando el éxtasis del momento.
Marie, tomó la iniciativa y comenzó a cabalgar sobre Devian con movimientos eróticos y salvajes. Sus caderas se movían de arriba a abajo, su cuerpo se balanceaba al ritmo de su pasión desenfrenada. Los gemidos se escapaban de sus labios, tan fuertes que podrían hacer temblar la mente de cualquier testigo, corrompiéndola y devolviéndola a un estado de éxtasis inigualable.
La lengua de Marie jugaba y tocaba cada rincón del cuerpo de Devian, causando un dolor placentero que embriagaba sus sentidos. Incapaz de contenerse más, Devian la agarró firmemente por la cintura y se dejó llevar por el impulso de la pasión desatada. Sus manos exploraron sus generosas curvas, sus pechos enormes respondían a sus caricias, lo que provocaba gritos aún más intensos de Marie.
El placer y la lujuria se fundieron en una única y embriagadora experiencia, donde la conexión entre Marie y Devian los guiaba a rincones desconocidos del deleite carnal. El mundo exterior desvaneció, dejándolos inmersos en una realidad tan ardiente como su amor.
Sus cuerpos se completaron el uno al otro, dejando evidencia de su deseo en cada movimiento y en cada gemido. Juntos, exploraron las profundidades del éxtasis, ondeando entre las olas de placer que los consumían.
Bajo la luna, sus cuerpos se sumergieron en una danza apasionada, entregándose al pecado del deseo en cada instante. Dos almas perdidas se encontraron en un abrazo ardiente, fundiéndose en uno solo, hasta que, finalmente, se vieron satisfechos y extasiados por completo.
Marie y Devian sabían que su amor era insaciable, que aún les esperaban innumerables noches llenas de pasión y deseo, que cada encuentro les llevaría a nuevas alturas de placer. Unidos en cuerpo y alma, el mundo a su alrededor desapareció y solo quedó el éxtasis compartido. No había lugar para el remordimiento ni la duda, solo momentos de puro deleite en los brazos del otro.
Marie respiraba con dificultad tumbada en la cama, con el cuerpo resbaladizo por el sudor. Devian la miró con deseo en los ojos, incapaz de resistirse por más tiempo. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, encendiendo un fuego en lo más profundo de ambos.
Cuando sus cuerpos se entrelazaron, se movieron en perfecta armonía y sus deseos alcanzaron nuevas cotas. Olas de placer los inundaron, haciendo que sus cuerpos se retorcieran de éxtasis. Cada roce, cada beso, los llevaba a nuevas profundidades de placer.
Los gemidos de Marie llenaban la habitación, testimonio de las sensaciones abrumadoras que la invadían. Los movimientos de Devian se hicieron más intensos, empujándola hacia un clímax que no pudo resistir.
De pronto, una voz de preocupación atravesó la bruma de placer. El agarre de Devian se tensó, con un atisbo de preocupación en los ojos. "¿Y si te quedas embarazada?", preguntó, y su cuerpo se detuvo momentáneamente.
Marie lo tranquilizó, su voz llena de confianza: "No te preocupes, seguro que estoy en mi día". Sus palabras bastaron para borrar cualquier duda en la mente de Devian, dándole permiso para continuar.
Con un cambio de posición, Marie se presentó a Devian por detrás. Las sensaciones se intensificaron cuando él la penetró, y sus movimientos se volvieron más fervientes. Marie mordió la almohada, ahogando sus gemidos de placer.
Devian, incapaz de resistirse, tiró suavemente del pelo de Marie, que arqueó la espalda en señal de rendición. La mente de Marie se cubrió
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