de placer, incapaz de concentrarse en otra cosa que no fueran las abrumadoras sensaciones que la consumían.
Su cuerpo respondía ávidamente a cada caricia, su excitación crecía hasta un punto sin retorno. El placer alcanzó su punto álgido cuando Devian se retiró, acariciando su muslo antes de volver a penetrarla. Marie perdió la cabeza, consumida por el intenso placer que la invadía.
A medida que se acercaba el clímax, el cuerpo de Marie temblaba incontrolablemente, su mente abrumada por la magnitud de la experiencia. Se entregó por completo, dejándose llevar por las olas de placer hasta que, finalmente, todo terminó.
Marie y Devian se desplomaron sobre la cama, con la respiración agitada y los cuerpos cubiertos de sudor. Marie jadeaba, su primera vez había superado todas sus expectativas. La intensidad de su encuentro la dejó sin aliento, con una sonrisa de satisfacción en los labios.
Para Marie, fue una noche que nunca olvidaría, llena de un placer inimaginable.
Marie, con una voz llena de sugerencia, propuso: "Y si te quedas a dormir hoy, ¿qué tal que si puedes dormir?"
Erika, con una voz llena de preocupación, preguntó: "Pero no tenemos otra cama, ¿cómo haremos?"
Marie, con una voz llena de solución, respondió: "Mi cama es grande, ustedes duerman en ella y nosotros nos pasamos a sus camas".
Devian, con una voz llena de cortesía, declinó: "No deberías molestarte tanto, igual ya me retiro."
Marie, con una voz llena de preocupación, protestó: "¿Me vas a dejar sola el camino a casa entonces? ¿Quién sabe qué me ¿Pase?
Devian, con una voz llena de resignación, aceptó: "Eso es bajo, pero me quedo entonces."
Así, todos se despidieron y se fueron a sus cuartos. Ya en la madrugada, Devian, al no poder dormir, decidió entrenar un poco para sudar.
Marie, con una voz llena de certeza, comentó: "Sabía que estarías entrenando."
Devian, con una voz llena de sinceridad, admitió: "Tú sabes que se me dificulta el dormir."
Marie, con una voz llena de sugerencia, propuso: "Y si te secas y duermes conmigo."
Devian, con una voz llena de sorpresa, exclamó: "Señorita Marie, invitando a un hombre a su cama a mitad de la noche, qué atrevida."
Marie, con una voz llena de audacia, respondió: "Como no me invitaste a la tuya, me tocó ser la atrevida."
Ya en la mañana, Ines, con una voz llena de sueño, saludó: "Buenos días, Erika."
Erika, con una voz llena de energía, respondió: "Buenos días, hermana."
Enes, con una voz llena de iniciativa, propuso: "Vamos a ver qué hacemos de desayuno."
Erika, con una voz llena de curiosidad, sugirió: "Ines, mira a mi hermana."
Enes, con una voz llena de sorpresa, exclamó: "Durmiendo con esa ropa y con la puerta abierta, qué descuidada."
Erika, con una voz llena de confusión, preguntó: "Espera, ¿tú dejaste la puerta trasera abierta?"
Enes, con una voz llena de negación, respondió: "No, pensé que fuiste tú."
Así, con sigilo, fueron a ver quién estaba afuera, pero se sorprendieron al ver que había una barrera mientras Devian entrenaba.
Devian, con una voz llena de sorpresa, exclamó: "Quitar barrera, ohh, chicas, se despiertan bastante temprano."
Erika, con una voz llena de curiosidad, preguntó: "Eso te digo, ¿qué estás haciendo?"
Devian, con una voz llena de explicación, respondió: "Ya les dije que como no duermo, entreno toda la noche hasta el amanecer."
Enes, con una voz llena de duda, preguntó: "Pero todos esos rasguños y marcas son del entrenamiento o de peleas."
Devian, con una voz llena de nerviosismo, admitió: "A esto, no sé, entreno y peleo tanto que no me doy cuenta de mis cicatrices."
Erika, con una voz llena de sugerencia, propuso: "Bueno, ya que estás despierto, nos ayudas con el desayuno."
Devian, con una voz llena de disposición, respondió: "Déjenme secarme el sudor y voy enseguida."
Enes, con una voz llena de invitación, aseguró: "Te esperamos en la cocina."
Erika, con una voz llena de sospecha, murmuró: "Esas marcas son de mujer, ¿no crees?"
Enes, con una voz llena de duda, respondió: "Sí, pero no creo que sea de Marie, ella sigue virgen."
Erika, con una voz llena de sospecha, murmuró: "Parece que tuvo un viaje nocturno, el Devi."
Devi, con una voz llena de propuesta, sugirió: "Bueno, ¿qué tal si cocinamos unos omelettes rellenos?"
Erika, con una voz llena de aprobación, respondió: "Sería algo perfecto para después de lo de ayer."
Devi, con una voz llena de determinación, afirmó: "Exacto, voy por los huevos para batirlos."
Enes, con una voz llena de indicación, informó: "Están en el segundo estante."
Erika, con una voz llena de curiosidad, preguntó: "Devi, una pregunta."
Devi, con una voz llena de disposición, respondió: "Acá están, sí, dime."
Erika, con una voz llena de curiosidad, preguntó: "¿Tú tienes alguna pareja?"
Devi, con una voz llena de precaución, respondió: "Por motivos de seguridad, no puedo dar esa información."
Enes, con una voz llena de confusión, preguntó: "¿Cómo así?"
Devi, con una voz llena de explicación, respondió: "Tengo un traidor en mis filas y mientras que lo encuentro, tengo que mantener mi vida lo más secreta porque no sé cuándo me estén oyendo."
Erika, con una voz llena de sorpresa, exclamó: "Vaya, no sabía, entonces, ¿conocemos a la chica que conquistó al gran Devian?"
Devi, con una voz llena de misterio, respondió: "Puede que sí, pero cuando lo encuentre, la presentaré."
Enes, con una voz llena de certeza, afirmó: "Creo que no hace falta."
Erika, con una voz llena de confusión, preguntó: "¿Por qué?"
Devi, con una voz llena de misterio, respondió: "Parece que tienes la respuesta."
Enes, con una voz llena de certeza, afirmó: "Sí, es fácil saber quién es."
Erika, con una voz llena de curiosidad, preguntó: "¿Quién? ¿Cómo lo sabes?"
Enes, con una voz llena de explicación, respondió: "Piensa, nos manda a estudiar con otros nombres y bajo la protección de dos figuras poderosas, además de darnos su apellido. Solo quedan tres opciones: tú o yo, pero ninguna ha visto a Devi desde hace tiempo, lo que deja a mi hermana libre."
Erika, con una voz llena de comprensión, exclamó: "Eso explicaría lo bueno que es con nosotras y por qué dijo 'todavía no'."
Devi, con una voz llena de misterio, respondió: "Están en lo cierto y a la vez no."
Marie, con una voz llena de curiosidad, preguntó: "Buenos días, ¿de qué tanto hablan?"
Erika, con una voz llena de revelación, respondió: "De que sabemos que Devi tiene amante."
Marie, con una voz llena de sorpresa, exclamó: "¿Qué? ¿Cómo es eso?"
Enes, con una voz llena de revelación, afirmó: "Y por deducción, descubrimos que eres tú, hermana."
Marie, con una voz llena de sorpresa, preguntó: "Señorito, ¿qué les dijo?"
Devi, con una voz llena de sinceridad, respondió: "Yo no les dije nada, pero si ya sospechan, no veo por qué ocultarlo."
Marie, con una voz llena de aceptación, exclamó: "Lo dice en serio. Entonces, con su permiso, hermana, buenos días, cariño."
Devi, con una voz llena de cariño, respondió: "Buenos días, cariño."
Heitor, con una voz llena de sorpresa, exclamó: "Entonces, al final, te volviste mi hijo."
Marie, con una voz llena de negación, respondió: "Padre, no es lo que piensa".
Heitor, con una voz llena de comprensión, tranquilizó: "Tranquila, sé las intenciones de Devian desde hace rato y yo le di mi bendición. Por su seguridad, entendí que lo mantengan en secreto."
Marie, con una voz llena de curiosidad, preguntó: "¿Pero cuándo le dio su bendición?"
Devian, con una voz llena de sinceridad, respondió: "Ya hace como unas semanas atrás."
Erika, con una voz llena de entusiasmo, propuso: "Entonces, desayunemos como la familia que somos."
Así, todos comenzaron a desayunar y charlar un rato. Luego de un tiempo, Devian, con una voz llena de decisión, anunció: "Bueno, ya nos tenemos que marcharnos ya."
Heitor, con una voz llena de cortesía, despidió: "Fue un gusto tenerlos por acá."
Enes, con una voz llena de invitación, sugirió: "Ven a visitar más seguido."
Marie, con una voz llena de promesa, respondió: "También vendré más para dormir y hablar con ustedes."
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