***
Al terminar la hora, sonó nuevamente el timbre y todos entregaron los exámenes y los pusieron en la mesa del profesor a medida que iban saliendo del aula.
Fué el último en salir. Alan tomó todas sus cosas, las guardó en su mochila y al pasar dejó su examen en el escritorio tal como habían hecho sus compañeros de curso. El profesor sin emitir un solo comentario, los siguió con la mirada hasta que dejó su examen; tan pronto lo dispuso encima de la pila, los tomó y los guardó en sus maletín.
En la hora de almuerzo, Alan se sentó junto al pilar donde se izaba la bandera. Como de costumbre, se quedaba la hora solo sentado escuchando música y tomando un poco de sol que se asomaba a través de las hojas de los árboles que estaban dispersos por todo el predio.
Aquel día, se acercó Daniela con un par de amigas.
-¿Podemos hacerte compañía?
Un tanto asustado y asombrado, Alan le respondió con una sonrisa:
-Si, claro. Pero cuidado donde se sientan que a veces el pasto está húmedo.
-Si, vemos que estás sentado arriba de tu mochila, muy buena estrategia.
Las tres chicas se acomodaron y se sentaron a su lado. Sacaron sus almuerzos y comenzaron a comer.
-¿Cómo les fué en el examen?
-Muy mal.- Le respondió una de las chicas a Alan. Mientras otra de las chicas asentía con la cabeza.
-Espero que sea benevolente con la corrección. Ya estamos en el último año, ¡deberían tenernos un poco de piedad!- Exclamó Daniela
-¿Vos crees? Viniendo de Pedrafesa, nos va a reprobar a todos, ¡es un dictador!
Todos se rieron.
-¿Trabajas hoy?.- Le preguntó Daniela
-Si, hoy sí. Mañana tengo el día libre. Todos los martes está cerrado el café. Así que el dueño prefiere que todos nos tomemos los martes libres, y si es necesario los miércoles vamos un poco más temprano para recibir proveedores o para organizar las cosas para el resto de la semana.
-Mañana vamos a patinar sobre hielo. ¿No querés venir?-Preguntó una de las amigas de Daniela.
-Emm nunca patiné sobre hielo, soy bastante torpe.
-Dale vení, nos vamos a reir.-Insistió Daniela
-Si claro, de mí se van a reír.
-¡No!, jamás, solo si te caes.-Todos se rieron.
…
-Vamos después de clases, así que venite preparado. Si no tenés patines, se pueden alquilar allá, no te preocupes por eso.
-Bueno dale, pero si me rompo los huesos, ustedes se encargan de llevarme a mi casa.
-¡Hay que exagerado! A lo sumo, alguna fractura expuesta. Pero no todos los huesos.- Dijo Daniela riendo.
-¡Dani!.- Exclamó Alan con un tono de sorpresa.
…
Ese día había sido muy ameno para Alan. Después de tanto tiempo, había tenido compañía en el recreo luego de la ida de Alexis. Estaba contento. Había ido a trabajar con una sonrisa, y estaba entusiasmado por ir a patinar sobre hielo al día siguiente.
Había encontrado en Daniela, una compañía que necesitaba.
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