Concluida la clase de danza, la joven ninfa aún no regresa aún con su amiga. Se encuentra bastante animada hablando con una compañera suya. Pasado un tiempo, y por el hecho de no deber tardar más o llegaría tarde a clases, regresa con la chica de lentes. —Muy bien, Zuki. Ahora vayamos al edificio de la biblioteca.
Lo que deja perpleja a la joven —¿Eh? Pero no tenemos tareas pendientes. ¿Quieres leer alguna novela?
Ariana se divierte y ríe ante lo poco que sabe su amiga de su propia escuela. —Debes explorar más éste lugar. Es nuestro primer año aquí, así que debemos conocer todo rápido y por nuestra cuenta. Su amiga suelta un largo suspiro.
—Aún me cuesta ubicarme. –piensa la chica más alta.
—Lo entenderás cuando entres, ven. - Anima la ninfa a seguirla. Entran al edificio de la biblioteca, subiendo al tercer piso —¿Sólo conoces el área de la biblioteca, Zuki? –Ella asiente como respuesta. —Bien. En el segundo piso están unas oficinas y el área de videoconferencias. Pero al ser un edificio céntrico, me contaron por ahí, que al faltar un área de aseo cerca de las canchas, decidieron poner uno en éste lugar. Y que el rector de aquel entonces, tuvo la idea de que fuera en el piso más alto, para ponérselo difícil a los fisgones.
—Y también a los deportistas. Sólo imagina, creo que hasta te ha pasado: Tener un día de duro entrenamiento, estar muy cansada y luego subir todas estas escaleras. Debe ser un golpe bajo o un entrenamiento secreto para los equipos deportivos. –La ninfa ríe como respuesta, admitiendo lo cansado que llega a resultar. —Pero hoy tienes más energía de la usual. Me pregunto a qué se debe~. –Se burla la chica humana.
—¿Aún no lo has olvidado? –Replica con un ligero puchero de vergüenza la ninfa cactus, accediendo al vestidor desde los amplios baños, dispuesta a asearse.
—No lo olvidaré hasta que me digas quien es. –Responde juguetona. Zuki se sienta en un largo banco de espera que divide la zona de los baños comunes con los vestidores, dando la espalda a éste sitio para brindar privacidad.
—¿Ah? ¿Entonces no pudiste deducirlo tú? Creí que te darías cuenta por ti misma, Zuki. –Mizuki se sorprende, ese fue un golpe bajo para ella. Le ha estado dando vueltas al asunto, pero no puede ser posible.
Al llegar, la joven de cabello azul oscuro nota algo curioso. —Ari. ¿Las demás niñas de danza no subirán a asearse antes de clase?
La ninfa, que deja su enorme y pachoncita mochila en una de las bancas de acero inoxidable del vestidor, voltea hacia su amiga —¡Olvidé comentarte! Todas las alumnas de danza, excepto yo, van al turno matutino. Por lo que tenemos el vestidor completo para nosotras. - Comenta con alegría extendiendo su brazos. —Podemos finjir ser niñas ricas en sus gigantes baños. Es más ¿traes tu bocinita portable? ¡¡Hay que poner música!! - Ambas ríen a carcajadas antes de que Ari continue hablando. —El grupo de porristas y la case de arte son los únicos con miembros de turnos mixtos, aunque nunca hay del turno nocturno y somos pocos del vespertino. Muchos horarios de clubes chocan con horarios de clase del turno vespertino, de ser así se debe pedir un informe especial de la clase con el horario correspondiente.
Tanto lío revuelve la cabeza de la joven trenzada. —Menos mal el club de ajedrez tiene su horario en el tiempo libre que queda entre las clases matutinas y vespertinas. Creo que también el club de música. Pobre de Emilio, los clubes deportivos suelen tener horario irregular, así que deberá pedir permiso a más de un profesor cuando lo requiera. Mencionó que entró al club de fútbol y baseball, ¿no?
—Y quiere entrar a volleyball y basket también. Está más loco que yo. - Sentencia Ari entre risas.

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