—Ariana. - La mencionada asoma su cabeza sin dejar ver su desnudo cuerpo cubierto por la cortina de la regadera. —Tienes club de porrista a las 9:30, y a las 10:00 club de danza ¿Tantos clubes no te resultan cansados? - El tono de preocupación de la muchacha de lentes hace reír a carcajadas a la ninfa, eso deja más confundida a la preocupada amiga.
—Son solo dos clubes seguidos cada miércoles y viernes. Los jueves tengo club de dibujo a las 10:00, eso me relaja y renueva mi energía. Soy bastante hiperactiva desde pequeña, hacer esto me parece divertido. - Le comenta la ninfa, buscando entre las cosas que llevó a la regadera su shampoo especial, para su corto y lacio cabello a los hombros, de curioso color verde obscuro.
La respuesta da un gran alivio a su amiga, como menta para sus oídos. —Woh. En tu lugar no soportaría un día, rara vez puedo levantarme temprano. Más aún que me desvelo… estudiando. - Se calla de golpe la chica humana. Lo que deja extrañada a Ariana, sabe que hay algo que su nueva amiga oculta.
—Vi tu cabello centellear de un lindo color azul…- Ese comentario deja muda a la joven de lentes. —No es necesario que me digas el porqué, soy feliz de saber que tengo una amiga como tú, así que no voy a presionarte. Pero cuando te vi centellear ¡BOM! Recordé a las medusas iridiscentes ¡Ese sí es un buen cabello! - ríe mientras enjabona su cabeza. El silencio hace notar a la ninfa que su amiga está preocupada. —También tengo un secreto, así que no tienes que angustiarte. En el futuro te lo diré. Pasa un rato sin que ambas amigas hablen. Están sumergidas escuchando música del celular de Mizuki con una mini bocina portable de mapache.
Una vez tranquilizada, regresa a armar un rompecabezas en su cabeza sobre el nuevo amor de la enana —¿Será? –Se pregunta la chica de pesados anteojos. —No la vi conversar con ningún chico. ¿Fue discreta sólo para ponérmela difícil? A no ser… La única persona con la que se mostró radiante… - Ariana ya vestida con la playera del uniforme y su short interior, busca con su mirada preocupada hacia el suelo, con la falda enrrollada en una de su manos —Zuki. ¿Has visto mi zapato? ¿No se habrá caído de la mochila? ¡Ah! Ya nada, ya lo vi. –Encuentra su zapato al fondo de su mochila, sacando de paso su secador de cabello. —Espero nos dé tiempo de secar mis cactucuernitos, no debo hidratarlos mucho.
—¡Es la chica de danza, ¿verdad?! - Comenta con la misma alegría que alguien que acaba de ganar la lotería. Lo que impresiona y avergüenza un poco a Ariana. Entre las jovencitas se hace presente una larga pausa incómoda.
—Como no tengo más secretos para contar, esperare el tuyo con ansias. - Comenta la ninfa lo más ecuánime posible, en un intento de disimular su vergüenza por haber sido descubierta tan rápido. —¿Será que soy tan obvia que hasta mi crush se dio cuenta? NO ESTOY LISTA PARA CONFESARME. - Grita internamente la joven cactus, sumida en la desesperación. Sin saber que su amiga también grita en su interior por sus propias razones.

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